Álvaro de Marichalar supera un nuevo reto a bordo de su moto acuática y se lo dedica al fallecido Íñigo de Arteaga
El aventurero español Álvaro de Marichalar llegó el pasado jueves 4 de abril a San Agustín, tras una travesía de catorce días en solitario sobre su moto acuática, y lo ha hecho justo quinientos años después de que el explorador Juan Ponce de León concluyera una ruta similar que le llevó a descubrir lo que ahora es Florida.
"Ha sido una ruta muy dura, pero muy llena de experiencias y completa, porque he logrado hacerlo justo cuando se cumple el quinto centenario del viaje de Ponce de León", ha explicado el aventurero.
Marichalar, quien se ha mostrado muy orgulloso por esta hazaña, fue recibido por las autoridades locales, incluido el gobernador de Florida, Rick Scott, patrocinadores y multitud de aficionados que han estado pendientes de su travesía, que comenzó el pasado 20 de marzo en San Juan.
"Estoy realmente agotado. He estado navegando 37 horas sin parar porque quería llegar a tiempo", ha explicado con cierta afonía el aventurero, que ha realizado esta travesía sin barco de apoyo ni equipo de asistencia. "Ha sido toda una aventura encontrar dónde repostar o solucionar los problemas que iban surgiendo".
Entre las partes del viaje que más le han llamado la atención a este empresario de 51 años, natural de Pamplona (España) y que con esta lleva 39 expediciones a sus espaldas, destaca lo "inhóspito" de Bahamas. "Al contrario de la imagen paradisíaca que tiene la gente, que se corresponde con una isla, el resto de Bahamas es tercermundista", ha dicho el navegante, que durante la travesía ha visto "tiburones, mantas raya, tortugas e incluso algún vertido contaminante, que he documentado para denunciarlo, como hago siempre en mis viajes". Ha añadido que "la gente vive en unas condiciones lamentables, en islas que juntas son mayores que Italia, donde el Gobierno los tiene abandonados y carecen de cualquier tipo de infraestructuras".
Tras pasar "mucho frío" y superar "un par de tormentas durísimas", a su llegada a San Agustín (Florida), la ciudad más antigua del territorio continental estadounidense, Marichalar ha ondeado la bandera española que siempre lleva consigo. "La bandera española es la que por más tiempo ha ondeado en Estados Unidos", ha recordado el aventurero, que también carga consigo la británica y la francesa, ya que las autoridades de Florida han querido implicar también a estos países en las celebraciones del quinto centenario de su descubrimiento por parte del Viejo Continente. Igualmente, "llevo conmigo la bandera del Reino de Navarra, porque soy navarro; la Ikurriña, por mi vinculación y amor al País Vasco, y la (senyera) catalana por la misma razón. Quiero que todos los españoles nos veamos aquí representados", ha dicho. Tampoco le falta la rusa, nacionalidad de su esposa, Ekaterina, con la que hace más de dos años que contrajo matrimonio.
Esta expedición, que le ha llevado por Punta Cana, Turcas y Caicos y Nassau, la ha realizado en memoria de su gran amigo Íñigo de Arteaga, fallecido el pasado octubre en un accidente de avioneta, y se la dedica a su "mentor" Miguel de la Quadra Salcedo.
Una vez que haya terminado de disfrutar del recibimiento en San Agustín, Marichalar bajará costeando hasta Cabo Cañaveral y luego Miami, donde ofrecerá algunas charlas, entre otras en la misma universidad donde estudió hace 30 años.
Durante su travesía también ha improvisado charlas en escuelas de Turcas y Caicos y República Dominicana, actividades que intercalaba en sus jornadas de navegación, de unas doce horas de media. "Es cuestión de ir buscándose la vida: tener algo para comer y beber, rellenar los bidones de combustible, preocuparte de que mientras no te roben,... y todo esto siguiendo la estela de los españoles", ha explicado.
Este viaje, que Álvaro guardará para siempre en su memoria, se convertirá en breve en un documental para National Geographic, pudiendo así, ser testigos todos nosotros de esta aventura sin parangón.