Correr, andar en bici, tirarse en la arena y saltar las olas… Un día redondo en la mejor compañía. Sheryl Crow se llevó a sus dos hombrecitos a la playa de Venice, California, para disfrutar de su día en familia. La artista aprovecha cada minuto libre que le deja su agenda para escaparse con sus niños, Wyatt, de cinco años, y Levi, de dos, a los que adoptó cuando tenían apenas unos días de vida. Primero dieron un tranquilo paseo en bici y, aunque Wyatt ya es mayor para ir en la suya propia, Levi de momento se conforma con acomodarse en la silla que tiene su madre adaptada en la bicicleta.
Luego las olas y las carreras por la arena centraron su atención. La intérprete demostró que está en buena forma corriendo tras sus niños que, revoltosos, no pararon quietos ni un minuto. Mientras estos seguían con sus juegos, Sheryl miraba el mar tal vez pensando en los comentarios que sobre ella han surgido en los últimos días. Y es que algunas voces se han preguntado si ella estaba al tanto del dopaje de su exnovio, Lance Armstrong, con el que salió del 2003 al 2006.
Poco después de que viera la luz la entrevista de Oprah Winfrey con el exdeportista, Sheryl declaró: “Me sentí mal por él, por su familia y me sentí un poco como el resto de América. Es un héroe al que hemos admirado”. Añadió que, en su opinión, confesar sus trampas ha hecho que él se sienta mejor. “La honestidad es la mejor apuesta y la verdad siempre te hará libre. Tiene que ser difícil vivir con la certeza de que no estás diciendo la verdad acerca de algo. Siempre he sostenido que la verdad es el mejor modo de proceder” explicó. En estas declaraciones al programa Entertainment Tonight, la intérprete no comentó los rumores acerca de su papel en el escándalo que rodea al exdeportistan (fue interrogada en 2011 en la investigación de la USADA, aunque nunca trascendió su testimonio).