El 2 de enero de 1988, a las nueve de la mañana, Isabel Preysler y Miguel Boyer entraron en el edificio de los juzgados de la calle Pradillo de Madrid para dar uno de los pasos más importantes de sus vidas: convertirse en marido y mujer. De este momento ya han pasado 25 años, y en este 2013 Isabel y Miguel han celebrado sus bodas de plata.
Ni siquiera sus hijos se habían enterado hasta momentos antes, de que se iban a casar esa mañana de enero en la más absoluta intimidad y con sus amigos Margarita Vega Penichet y José María Amusategui de la Cierva como únicos testigos. No hubo exclusivas, ni se publicó ninguna imagen del interior, pero la pareja posó minutos después a las puertas del juzgado, ya como matrimonio, una imagen que fue portada de la revista ¡HOLA!. “Soy muy feliz”, decía Isabel. Y añadía: “Hemos escogido este día y esta hora porque queríamos una boda lo más discreta posible”.
Isabel y Miguel se conocieron cuatro años antes y surgió el flechazo “Es un hombre muy de verdad. Sin frivolidad de ningún tipo, sin añadidos superfluos. Por otra parte, es una persona a la que admiro muchísimo… Pero tiene el carácter más fuerte que he conocido hasta ahora”, decía Isabel en una entrevista concedida poco tiempo después a la revista ¡HOLA!
La pareja ha estado unida al máximo durante estos 25 años, atravesando momentos muy felices, como el nacimiento de su hija Ana por ejemplo, y otros delicados, como el derrame cerebral que sufrió el pasado mes de febrero Miguel Boyer y del que se recuperó gracias al apoyo y los cuidados de su familia. "Gracias a mi mujer me he salvado", destacaba un Miguel Boyer agradecido en una entrevista a finales del pasado julio. Veinticinco años de amor que son un buen motivo de celebración.