A finales de septiembre una de las noticias que dio la vuelta al mundo venía desde muy lejos. El satélite 'UARS' (Satélite de Investigación de la Atmósfera Superior ) de la NASA se precipitó sobre el océano Pacífico frente a la costa oeste de EE.UU. sin causar daños ni herir a nadie. Pues bien, dos semanas después del impacto, es otro satélite el que llama la atención de los expertos.
Se trata del alemán Rosat, y según se publica en la página web 'Space' de la agencia espacial, podría caer en algún lugar de Canadá la semana próxima. Rosat, que lleva inhabilitado desde 1999 tras un fallo en su sistema de guía, es un proyecto común entre Alemania, EE.UU. y Gran Bretaña, y pesa 2,4 toneladas.
La Agencia Espacial Europea (ESA) ya se encuentra preparada para 'recibir' a Rosat cuando alcance la atmósfera terrestre. Según han explicado los expertos, durante su entrada en la Tierra, el satélite se romperá en unas 30 piezas grandes y algunas de ellas, de una masa total de hasta 1,6 toneladas, podrían sobrevivir a la desintegración al cruzar la atmósfera de la Tierra, publica Europa Press.
El diario británico 'Daily Mail' apunta que la posibilidad de que alguna pieza del satélite pueda dañar a una persona es de una entre 2.000, según el centro de control alemán.