Benedicto XVI ya está en Madrid para asistir a la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ). El avión que ha trasladado al papa desde Roma ha llegado pasadas las 11.45 horas al aeropuerto de la capital, donde ha sido recibido a pie de pista por los Reyes de España. Es la tercera visita del Santo Padre a nuestro país.
Tras el aterrizaje, el Sumo Pontífice ha sido recibido en el interior del avión -que portaba las banderas vaticana y española- por el nuncio del Papa, monseñor Renzo Fratini, y por el introductor de embajadores, José María Rodríguez Coso. Posteriormente ha descendido del avión y ha sido recibido por el rey Juan Carlos, la reina Sofía y el arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, cardenal Antonio María Rouco.
En el Pabellón de Estado del aeropuerto de Barajas se encontraban además el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, el presidente del Congreso, José Bono, el líder de la oposición, Mariano Rajoy, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y el alcalde de la ciudad, Alberto Ruiz-Gallardón, entre otras autoridades.
Desde lo alto de la escalinata del avión -que ha hecho el recorrido por la pista con las banderas vaticana y española- el Papa ha saludado a los centenares de personas que lo han vitoreado y aplaudido, la mayoría de las cuales asiste en Madrid a las Jornadas Mundiales de la Juventud, que se van a prolongar hasta el domingo.
La ceremonia de bienvenida, a la que se han sumado unos 2.000 jóvenes, ha comenzado con la interpretación de los himnos del Vaticano y de España, y como gesto de cariño hacia el Papa un grupo de niños se ha ataviado con el uniforme típico de la Guardia Suiza.
Benedicto XVI, junto con los Reyes, ha recorrido a pie la distancia entre el avión y el Pabellón de Estado, donde ha sido saludado por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, el presidente del Congreso, José Bono, y el presidente del Tribunal Constitucional, Pascual Sala, así como varios ministros.
Discursos del Rey y del Papa
En este pabellón, y tras completar las salutaciones, el Papa ha escuchado el discurso de bienvenida de don Juan Carlos, quien le ha expresado su deseo de que se sienta "como en casa" y ha pedido ante él que acabe "el intolerable paro juvenil" . Además, el monarca no ha querido dejar de recordar "muy especialmente" a tantos niños y jóvenes víctimas de violencia". "Están hoy particularmente presentes en nuestros corazones", ha subrayado. Don Juan Carlos, que ha dedicado un "emocionado" recuerdo a Juan Pablo II, que también realizó su tercer viaje a España para presidir en 1989 la IV JMJ en Santiago de Compostela, ha asegurado que interpreta esta tercera visita como "una especial distinción" a España.
Después, el Santo Padre ha pronunciado su primer discurso en Madrid, que ha tenido que parar ante los gritos de bienvenida "esta es la juventud del Papa". "Llego como sucesor de Pedro para confirmar a todos en la fe, para anunciar que Jesucristo es el camino", ha dicho Benedicto XVI.
El Papa ha dicho que la JMJ servirá para respaldar en un "camino de fe y vida" a aquellos que "se creen solos o ignorados en sus ambientes cotidianos". Estas jornadas, según ha señalado, son "una brisa de aire puro y juvenil con aromas renovadores" que llenan de confianza ante el mañana a la Iglesia y al mundo. Los jóvenes que van a participar en ellas desean "escuchar la palabra de Dios" en un mundo en que ven "la superficialidad, el consumismo y el hedonismo imperantes, tanta banalidad a la hora de vivir la sexualidad, tanta insolidaridad y tanta corrupción", ha pronunciado el Pontífice. "Sin Dios sería arduo afrontar esos retos y ser verdaderamente felices, volcando para ello su entusiasmo en la consecución de una vida auténtica", ha dicho el Santo Padre, quien ha animado a los españoles a vencer los actuales "motivos de preocupación" a través de sus hondas raíces cristianas, en un clima de respetuosa convivencia con otras "legítimas opciones" y exigiendo al mismo tiempo el debido respeto a la identidad cristiana.
"Me causa una inmensa alegría escuchar a los jóvenes y celebrar la eucaristía con ellos. Con Dios a su lado, los jóvenes tendrán luz para caminar y razones para esperar". El Papa se ha referido a aquellos jóvenes que por causa de su fe en Cristo sufren en sí mismos la "discriminación", que "lleva al desprecio y a la persecución abierta o larvada" en determinadas regiones y países. "Con todas las fuerzas de mi corazón: que nada os quite la paz, no os avergoncéis del Señor. Permaneced firmes en la fe y testimoniadla con el ejemplo de vuestra propia vida", ha dicho el Santo Padre.
Tras agradecer a los Reyes y a todas las instancias civiles y eclesiales su "esfuerzo y trabajo" en la organización de la JMJ, ha expresado su admiración por un país "tan rico de historia y cultura", cuya vitalidad en la fe ha fructificado en "tantos santos y santas" de todas las épocas. "Es un gran tesoro que ciertamente vale la pena cuidar con actitud constructiva para el bien común de hoy y para ofrecer un horizonte luminoso al porvenir de las nuevas generaciones", ha recalcado. Aunque haya actualmente "motivos de preocupación" en España, el Papa ha destacado que "mayor es el afán de superación de los españoles, con ese dinamismo que los caracteriza, y al que tanto contribuyen sus hondas raíces cristianas". "Pido a Dios que bendiga a los hijos de España", ha concluido el Pontífice antes de subir al papamóvil para dirigirse a la Nunciatura Apostólica de Madrid, donde se alojará estos días.
Mientras que el Papa descansaba en la Nunciatura, miles de jóvenes iban llegando a la plaza de Cibeles para ir cogiendo sitio para los actos de la tarde y amenizaron la espera con canciones, entre ellas el himno Firmes en la fe. La jornada de hoy ha llegado a su fin con el encuentro de Benedicto XVI con los jóvenes en la Plaza de la Independencia, a las 19:30, donde fue recibido por el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón y su mujer, Mar Utrera, que le hicieron entrega de las llaves de la ciudad. Luego cruzó la Puerta de Alcalá con 50 jóvenes de los cinco continentes, diez de cada uno, que han viajado hasta aquí para la Jornada Mundial de la Juventud. Más tarde, se trasladó en el papamóvil hasta la plaza de Cibeles, donde comenzó el discurso con el que dio comienzo a la fiesta de bienvenida.