Desde que salieron al mercado los “ebooks”, o libros digitales, el sector editorial se enfrentó ante una nueva perspectiva de negocio: en el futuro, se dijo, el papel desaparecería.
Si bien todavía no hemos llegado a ese punto, casi de ciencia ficción, la tendencia al alza de las nuevas tecnologías es ya un hecho. Según el último estudio elaborado por la asociación de editores de Estados Unidos (The Association of American Publishers), las ventas de libros electrónicos han superado ya a las del papel. Con valor de 90,3 millones de dólares, el mes de febrero ha sido el primero de la historia en que el formato digital ha superado a la literatura tradicional.
El espectacular incremento del 202,3 por ciento respecto a las cifras de 2010 confirma el gran impacto de los electrónicos frente a las hojas. El público de este nuevo formato es heterogéneo y muy diverso, desde niños hasta adultos, que desde las pasadas Navidades están más interesados en este nuevo “boom” digital.
Nuevo formato, pero no siempre nuevos contenidos. Uno de los datos más curiosos que revela el informe es que el nuevo formato no siempre implica que los lectores quieran las últimas novedades editoriales, sino que la venta de libros que llevan más de un año impresos se ha reavivado notablemente.
Gran parte del nuevo negocio recae en las compañías que venden los títulos digitales, como Apple, Amazon o Barnes&Noble, que han conseguido tentar a los lectores con precios más asequibles que los del papel. Su manejo es sencillo, es práctico para utilizar en los desplazamientos de metro o autobús, y permite almacenar un sinfín de historias.
Eso sí: ante quienes aseguran que este es uno de los primeros pasos de la desaparición del papel, hay muchos lectores que todavía se resisten a abandonar el tacto y el olor de un libro de papel.