Desde la playa, la montaña, los alrededores del Estadio Santiago Bernabéu o los salones de sus casas, millones de españoles siguieron el pase de la Selección a semifinales del Mundial de Fútbol de Sudáfrica. Era la primera vez que 'La Roja' llegaba tan lejos en un mundial pues siempre había caído en cuartos de final. Con Paraguay como digno rival, los nuestros protagonizaron un partido de infarto que se saldó con un resultado de 1-0 a favor de España.
David Villa volvió a convertirse en el héroe de la jornada después de dos penalties fallidos de Xavi Alonso. La afición vibró con cada jugada. El pequeño susto de la jornada lo protagonizó Sergio Ramos, que recibió una patada en la cara, que se saldó con dos puntos de sutura a la altura de la ceja. Pero ni el golpe ni el dolor impidieron que el jugador merengue saltara de alegría con la victoria de los suyos. Caras pintadas con los colores de la bandera española, pelucas bicolores, banderolas y muchos claxons sonando por las calles de nuestro país fueron la mejor forma de celebrar el 'gran paso' de la selección española.
El próximo miércoles siete de julio sabremos si sólo podremos celebrar San Fermín o también que España juegue la final de finales en Sudáfrica. Pero para eso antes tendrá que vencer a Alemania, que se perfila como otros de los favoritos a conseguir el título.
Cada jugador estará concentrado al máximo y cumplirá con una serie de 'ritos' y amuletos que le traerán suerte. Y otros como Íker Casillas parece haber encontrado en su pareja, la periodista Sara Carbonero, el mejor aliciente para convertirse en el guardián más eficaz de la portería. En contra de lo que muchos pensaban su presencia en Sudáfrica Sara no ha "desestabilizado el mundial". En la entrevista que la reportera de Telecinco le hizo ayer tras el partido, los nervios y las miradas huidizas de hace unos días se transformaron en gestos de complicidad y miradas mucho más tiernas y espontáneas.