Ha pasado ya un año desde la triste desaparición de Farrah Fawcett, y sus familiares y amigos la siguen recordando como el 'ángel' que fue en vida. Ryan O'Neal, su compañero en los últimos años, y su hijo Redmond visitaron el cementerio el viernes, día del primer aniversario del fallecimiento de la actriz, acompañados por Tatum, la hija del actor.
Para Redmond, de 25 años, esta ha sido la primera vez que visita el lugar donde reposan los restos mortales de su madre. Al joven le fue concedido un día de permiso en el centro de rehabilitación de Pasadena, en California, donde sigue por orden judicial un programa para superar su adicción a las drogas. "Ha sido muy bonito", dijo Redmond en declaraciones a la CNN, sentado en un sofá entre su padre y su hermana. "Estoy feliz de que haber sido capaz de estar ahí para ella y hacerle saber que estoy haciendo lo correcto."
"Redmond está muy bien", asegura su padre a la revista People. "Está recuperándose de una terrible enfermedad y parece haberse curado. Estamos encantados, también porque esté aquí y se lo hayan permitido." "Mostrar mi cara y hacerle saber a todo el mundo que me va bien", añade Redmond. "No puedes esconderte para siempre". "Y lo guapo que está y cuánto se parece a Farrah", interviene Tatum. "Y lo orgullosa que estaría ella ahora y la suerte que tengo de estar aquí ahora mismo, porque mi hermano es increíble."
"Echo mucho de menos a mi madre, pero me consuela saber que ya no está sufriendo y sé que nos observa desde arriba", afirma Redmond. "Ojalá pudiese hablar con ella", dice su padre. "No tener a Farrah con nosotros ha sido muy duro. Duele. No sé por lo que Redmond estará pasando. No habla de ello, pero debe estar sufriendo terriblemente."
"Papá es un hombre emotivo, y la muerte de Farrah le ha afectado mucho", asegura Tatum, quien recientemente se reconcilió con el actor tras años sin hablarse. "El que hayamos sido capaces de reconectar como una familia es muy bonito. Farrah estaría muy contenta de vernos a todos aquí."
Los O'Neal se reunieron el mismo viernes en Beverly Hills con familiares y amigos de la inolvidable actriz en las oficinas de la Fundación Farrah Fawcett, dedicada a reunir fondos para financiar la investigación y ensayos clínicos de tratamientos alternativos para el cáncer de colon -contra el que luchó la actriz- y otros tipos de cáncer pediátricos. "Intentamos demostrar que Farrah no se ha ido y que quizá pueda salir algo bueno de esto", declara Ryan.
Junto a ellos estaba la mejor amiga de la actriz, Alana Stewart, que ayudó a Farrah a filmar en un documental su lucha contra la enfermedad. "Si puedo continuar la misión de Farrah con la fundación, es un honor para mí", dice Alana. "Siento que es como un ángel protector que nos cuida, y que está muy feliz de ver que murió por un motivo. Ella sentía que podía ayudar a mucha gente con inspiración, valor y esperanza. Por eso rodó el documental y por eso comenzó la fundación", explica Stewart.
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