Junior ha regresado a un plató de televisión para contar cómo se encuentra en medio del proceso legal que le enfrenta a sus hijos mayores por la herencia de Rocío Dúrcal. El viudo de la recordada artista fue entrevistado en el programa Enemigos públicos en el que, una vez más y en esta ocasión con palabras bastante duras, ha descrito sus sentimientos. “Estoy dolido y enfadado, no entiendo por qué me han demandado”.
Sus comentarios estaban dirigidos sobre todo a sus hijos mayores, Antonio y Carmen, que fueron los que pusieron la denuncia contra él. “Creo que no me quieren, incluso me odian. Nada hacía presagiar que íbamos a acabar así. Hasta que murió Marieta éramos idílicos, yo no notaba nada de lo que luego noté. Con mi hijo Antonio siempre hemos tenido roces, porque quiere ser como yo, quiere controlarlo todo, pero no entiendo nada del resto”.
Junior explicó uno de los motivos por los que cree que sus hijos se alejaron de él. “Yo estaba mal en aquella época (se refiere a sus problemas con el alcohol que confesó poco después de la muerte de su esposa) y Rocío tenía que asistir a radioterapia. Estuve una vez y lo pasé tan mal que no quise repetir. Carmen la llevaba. Si eso es lo que me echan en cara, de acuerdo, pero lo mismo que tenía yo la responsabilidad de ir, ellos también”. El motivo del litigio son unas posesiones que Antonio y Carmen Morales aseguran se quedaron fuera del reparto de la herencia, algo que Junior niega.
“No existen cinco apartamentos y un piso alquilado. No quiero hablar de cosas que están en manos de jueces” comentó. La única que se queda al margen de las críticas de su padre es su hija pequeña Shaila, a quien ha nombrado heredera única y que es la única con la que mantiene un contacto regular y que ha ejercido de "mediadora" en este conflicto. “La dulzura que he visto en Shaila no la tiene ni Carmen y Antonio. Es una estrella, donde entra, vuelve las miradas. Es muy difícil que yo perdone a mis hijos, que me han llevado ante un juez”.