Parece que Elin Nordegren olvida pero no perdona. Tiger Woods ha vuelto a vivir con ella y con sus dos hijos en la casa que tienen en Florida, después de terminar su tratamiento de rehabilitación para superar su adicción al sexo y de pedir perdón en público por sus infidelidades. Desde la rueda de prensa que ofreció hace tres semanas, a simple vista, todo parece que ha vuelto a la normalidad. Muchos vecinos de la pareja han contado al portal Radaronline que en los últimos días es habitual verles juntos por la calle, como antes del escándalo, y que incluso les han visto besándose.
Aunque parece que hayan intentado borrar todo lo que pasó, el que la modelo sueca no luzca todavía su anillo de casada esconde que detrás de esta fachada de aparente felicidad, ella no ha perdonado todo lo que ha pasado en los últimos meses. Según la revista People, el que estén juntos de nuevo es sólo un plan para conseguir lavar la imagen pública del golfista y que los patrocinadores vuelvan a confiar en él.
Las últimas imágenes de la modelo fueron tomadas hace unos días saliendo de su casa con su hija Sam, de dos años y medio, con quien fue a un centro de manicura y pedicura y a la salida se podían ver sus unas pintadas de rojo, pero en sus mano, ni rastro de su anillo.
Mientras Elin se dedica a sus hijos y a intentar que la relación con Tiger sea lo mejor posible, él ha vuelto a jugar al golf. Varios medios como Golf Digest cuentan que el pasado lunes fue visto junto al entrenador Hank Haney practicando su 'swing' en un campo de Florida, aunque todavía no hay ninguna confirmación oficial de que vaya a volver a la competición de manera inminente.