Ya son más de 700 las vidas que se ha cobrado el terrible terremoto que el pasado sábado sacudió Chile. Con el recuerdo de Haití demasiado cercano, las imágenes que llegan desde tierras chilenas son nuevamente las de la destrucción, el dolor y la supervivencia. Y los testimonios de los testigos hablan de gritos y voces entre los escombros pidiendo auxilio.
El seísmo se ha cobrado también la vida de un español, Miguel Martín. El joven catalán de veintinueve años y vecino de Alella (Barcelona) se encontraba de vacaciones en Chile cuando fue sorprendido por una potente ola, fruto de los tsunamis provocados tras el terremoto. Pese a que el Ministerio de Exteriores aún no confirmó su muerte a causa del desastre, seria el primer español muerto por el terremoto.
El de Chile fue un seísmo más violento que el de Haití y registró una magnitud de nada más y nada menos que 8,8 grados en la escala Richter. Santiago de Chile quedaba cubierto por una inmensa nube de polvo y humo negro, según fotografiaron los satélites de la NASA después del temblor. Aunque el terremoto fue más intenso que el de Puerto Príncipe, los daños no han sido tan catastróficos. No obstante, y además de los 723 fallecidos (según los últimos datos proporcionados por la Oficina Nacional de Emergencias, Onemi), las calles de Santiago de Chile presentan gran cantidad de edificios derumbados y escombros. Los daños materiales ascienden a unos 30.000 millones de dólares, según cifras del presidente electo, Sebastián Piñera. Miles de personas han perdido sus casas y buscan desesperadamente ayuda para salir adelante.
Ante esta situación, la presidenta Michelle Bachelet, ha puesto en marcha un plan de comida gratuita, y ha declarado el «estado de excepción por catástrofe», lo que implica un toque de queda nocturno, y el límite de las reuniones públicas y de desplazamientos.
Una vez más, las redes sociales se han volcado como transmisores de solidaridad y ayuda, y la plataforma de "micoblogging" Twitter es un hervidero constante de mensajes de apoyo a las víctimas.
En tan solo dos meses la Tierra ha temblado con una gran violencia y algunos se cuestionan si la naturaleza está o no fuera de control. Pero según los expertos, los mvimientos sísmicos del planeta responden únicamente a las leyes de la geología, que son muy a menudo impredecibles.