Han pasado ya quince días desde que Haití sufriera uno de los mayores terremotos que se recuerdan, producido por un seísmo de fuerza 7 en la escala de Richter. El país, que continúa la lucha por no hundirse del todo, está prácticamente tomado por las fuerzas militares estadounidenses, de las que ya se cuentan más de 22.000 efectivos.
Ayer, entre los escombros que llenan la ciudad de Puerto Príncipe, el ejército estadounidense logró recuperar a otro superviviente. En esta ocasión, el milagro de haber aguantado quince días sin agua ni alimento, atrapado entre los restos de su casa, le ha servido a Rico Dibrivell para poder contar su terrible sufrimiento.
El hombre, de 35 años de edad fue trasladado de inmediato a un hospital, ya que además de la falta de alimento y agua, Dibrivell tenía una pierna y un pie rotos.
Hasta el momento las fuerzas de rescate han podido salvar de entre los escombros a 134 personas y la esperanza de encontrar a más gente con vida se desvanece dado el tiempo que ha transcurrido desde el seísmo.
Además de las dificultades que encuentran las fuerzas de rescate para poder trabajar, la falta de medios ha impedido rescatar a mucha gente que en un principio fueron localizadas bajo los escombros.
La tragedia que vive Haití se ha cobrado ya más de 150.000 víctimas, en la peor catástrofe humanitaria que se recuerda. Lo peor de todo, es que el país ya se encontraba en una situación muy difícil antes de sufrir el seísmo, lo que ha contribuido a la desorganización en la que viven desde entonces. De hecho, siete de cada diez personas en Haití eran pobres antes del terremoto.
Las dudas aparecen ahora a la hora de reconstruir el país. Mientras numerosos arquitectos e ingenieros ven en el país centro americano, toda una oportunidad de inversión, algunas personas se preguntan porque ha sido tan numeroso el número de militares americanos que hay en el país. Algunas voces apuntan a un nuevo Guantánamo, ya que al parecer, el contrato que EE UU tiene con Cuba sobre la base militar está a punto de finalizar.
Las escenas de pillaje y de saqueos se han reducido considerablemente desde que los militares patrullan por las calles del país. Mientras se espera que poco a poco el país pueda salir del agujero en el que se encuentra, la ayuda internacional se sigue volcando en todos los sentidos con el pueblo haitiano. Esperaremos que otro milagro como el de Rico Dribivell se vuelva a producir en las próximas horas.