Acompañada de sus hijos y como hace todas las semanas, Madonna asistió al servicio religioso de la Cábala, en el centro al que acude siempre en Manhattan. Con ella por supuesto estaban sus hijos, Lourdes Maria, de 13 años, Rocco, de 9, David, de 4, y Mercy, de tres. Todos ellos asistieron al oficio y luego se marcharon a casa, muy abrigados para protegerse del frío del invierno.
Los cuatro volvieron a mostrar una vez más su personal estilo y lo bien que saben conjuntarse. Como si fuera un juego, todos iban en blanco, negro y gris: Madonna con pantalón y camisa oscura, igual que Lourdes Maria, cuyas zapatillas, gris claro, hacían juego con el estampado de su atrevida chaqueta, llena de calaveras. El detalle claro de la artista estaba en sus zapatos bicolores, de un blanco que les sentaba a la perfección a Rocco y David. Mercy por su parte también combinó el gris de su vestido con zapatos y gorro del color de la nieve.
Es lo que se llama una familia compenetrada. Mientras Madonna sigue en Nueva York volcada en lo que será su nuevo trabajo de estudio, Jesus Luz se hace un hueco profesional en el mundo de la moda. Recientemente estuvo desfilando en la pasarela de Sao Paulo, donde volvió a acaparar todas las miradas.