Continúa la angustia, los pillajes, los saqueos, las lágrimas y las pérdidas en Puerto Príncipe, capital de Haití, que de la noche a la mañana ha pasado de ser un país muy pobre, a un terreno completamente destrozado, lleno de escombros y donde aún no se sabe cuanto es el número real de víctimas, algo más dificultoso todavía si tenemos en cuenta que en Haití, no todo el mundo estaba censado.
Entre las víctimas, tan sólo dos españoles han sido hallados muertos por el seísmo, de 7,3 grados en la escala de Richter, el matrimonio formado por Yves Baltroni y María Jesús Plaza. Una policía española continúa todavía desaparecida mientras que el cadáver, que el pasado sábado se identificó como el de la segoviana Pilar Juárez, pertenece en realidad a otra persona con lo que continúa desaparecida también.
Un portavoz de la familia Juárez ha declarado que los familiares están absolutamente indignados por este error, que tanto las autoridades haitianas como las españolas han pasado por alto. El propio ministro de exteriores, Miguel Ángel Moratinos se ha puesto en contacto con la familia de la segoviana para pedir disculpas personalmente por este terrible error. Del mismo modo ha asegurado que continuará la búsqueda tanto de Pilar como de los demás españoles hasta dar con ellos.
La familia Juárez, ha recordado mediante un comunicado a la agencia EFE, que las comunicaciones en el país están completamente destrozadas y que la búsqueda de Pilar como de los demás españoles las deben continuar incluso en la República Dominicana por si hubieran conseguido llegar a un hospital en Santo Domingo o algo parecido.
Mientras la situación en Haití se va complicando a medida que pasan las horas. Las situaciones de saqueos y de pillaje que se vivieron raíz del terremoto comienzan a dar paso a unas situaciones de extrema violencia, de una población que tan sólo está luchando por sobrevivir. Nadie tiene nada.
De hecho, ayer mismo un grupo de rescate español vivió una situación muy delicada cuando trataban de rescatar a una niña atrapada entre los escombros. Según uno de los miembros del grupo español, el equipo estuvo trabajando durante varias horas intentando rescatar a una niña de 14 años, que estaba atrapada junto a su madre, ya muerta y en estado de descomposición. Cuando el equipo había conseguido liberarla hasta la cintura, un agente de seguridad canadiense se acercó a ellos y les obligó a salir. Incluso les dijo que tenían que elegir entre la vida de la niña, y la de ellos mismos ya que varios ciudadanos haitianos comenzaban a disparar con armas de fuego. Finalmente dejaron a la niña allí y salieron escoltados por los agentes de seguridad.
Toda una ciudad destrozada, donde no habita la ley y donde se comienzan a mezclar rescates con asesinatos.
Hasta el momento, son más de 70.000 personas las que ya han sido enterradas tras el terrible seísmo del pasado martes en Haití. El gobierno ha declarado el estado de emergencia hasta el 17 de febrero. Tanto la UE como la ONU se están planteando aumentar la presencia de efectivos, tanto militares como policías, para poder devolver la normalidad a los repartos de comida y de primeros auxilios a los damnificados.