Poco podía sospechar la familia de Gerard Butler que abandonaría la localidad escocesa de Paisley Renfrewshire, donde nació, para probar suerte en el firmamento hollywoodiense. De padres divorciados, pasó sus primeros años de vida en Canadá pero pronto regresó a su pueblo natal. Estudió Derecho en la Universidad de Glasgow e incluso ejerció como abogado cuando se licenció.
Pero el destino que le esperaba era bien diferente. Amante de la música y la interpretación, hizo sus primeros pinitos en el teatro y no tuvo su primera oportunidad en el cine hasta 1997, en el filme Mrs. Brown. Sin embargo, el gran público sitúa su primera aparición en un pequeño papel que obtuvo en El mañana nunca muere. Fue protagonista por primer vez en Drácula 2000 y le dio la réplica a Angelina Jolie en Tomb Raider: La cuna de la vida.
Camaleónico como pocos, no dudó en ponerse en manos de un maestro de canto para bordar el papel de El fantasma de la Ópera, que lo convirtió en 2004 en uno de los actores más solventes del panorama internacional. Pero el gran salto a la fama lo dio de la mano del Rey Leónidas en la película 300. Muchas hora de gimnasio, dieta estricta y disciplina férrea fueron necesarios para encarnar al fornido soberano de Esparta.
Y de hombre duro dio un salto cualitativo en su registro. Le va muy bien como protagonista de filmes románticos, como PS. I love you, junto a Hilary Swank y La cruda realidad, donde seduce a Katherine Heigl. Pendiente de estreno está The Bounty, que ha filmado junto a Jennifer Aniston y en la que según se comentaba llegaron a ser algo más que amigos. La pasada primavera también se apuntó la posibilidad de que el actor bebiera los vientos por Cameron Díaz pero no pasó de ser un simple rumor .