Han pasado ya tres meses desde la muerte de Michael Jackson y aún se siguen conociendo detalles sobre su autopsia. A pesar de que la causa de la muerte ya se hizo pública en el mes de agosto, esta nueva filtración al portal de noticias TMZ arroja un poco de luz sobre cómo era en general el estado físico del artista en el momento de su fallecimiento. En el documento se desvela que Jackson tenía las cejas y los labios tatuados, que le faltaba pelo en la parte anterior de la cabeza, que tenía numerosas marcas de inyecciones en los brazos y despigmentación de la piel en el pecho y los brazos.
Se explica además que son visibles cicatrices detrás de las orejas y la nariz que se pueden deber a las intervenciones estéticas a las que se sometió. Su estado se describe como “moderadamente sano” y sus órganos vitales estaban en estado normal y tenía un corazón fuerte, lo que desmiente las informaciones que aseguraban que estaba muy debilitado. Sin embargo sí que sufría algunos achaques como artritis en los dedos de las manos y en la zona baja de la columna y una inflamación de los pulmones que podría haberle provocado fatiga.
Esto no le hubiera impedido subirse a un escenario que eran precisamente sus planes antes de que la fatídica mezcla del anestésico propofol con otros medicamentos le causara la muerte. El que fuera su médico personal Conrad Murray sigue siendo el principal centro de la investigación y, aunque de momento no se le ha imputado ningún delito, la conclusión de los forenses es que se trató de un homicidio involuntario.