John Travolta ha tenido que enfrentarse esta semana a uno de los momentos más difíciles de su vida. El actor, primero de las catorce personas llamadas a comparecer en el juicio contra los dos acusados de tratar de extorsionarle tras el fallecimiento de su hijo el pasado mes de enero, acudió el martes a la Corte de Justicia de Nassau (Bahamas) junto a su esposa, Kelly Preston, para revivir el día que murió Jett.
Según ha contado a People un amigo, el actor tuvo que "reunir la fuerza suficiente" para poder declarar. "Volver a Bahamas era muy duro para él. Los recuerdos eran demasiado dolorosos". Sin embargo, cuenta su amigo, "esto es algo que Travolta y su mujer no se han quitado de la cabeza en los últimos meses y esperan que tratando este asunto les ayude a superarlo y a cerrar este doloroso capítulo de sus vidas".
La ex senadora de Bahamas Pleasant Bridgewater y el técnico de ambulancias Tarino Lightbourne se han declarado inocentes de los cargos de extorsión al actor. Supuestamente le amenazaron con publicar, si no recibían a cambio 25 millones de dólares, un documento relacionado con el tratamiento médico de Jett. El documento, al parecer, es una orden firmada por Travolta que exime de toda responsabilidad al equipo de la ambulancia si el paciente no quiere ser trasladado a un hospital.
En su declaración, que duró aproximadamente 20 minutos, la estrella de Hollywood explicó que firmó el documento sin leerlo previamente porque en lo único que pensaba era en salvar a su hijo y "el tiempo era esencial". No obstante, según el certificado de defunción, Jett Travolta falleció de una "deficiencia cardíaca" sin posibilidad de reanimación alguna.
En un emocionado testimonio, Travolta revivió los angustiosos momentos en los que trató de forma desesperada reanimar a su hijo ayudado por un visitante del centro con experiencia médica. Sus esfuerzos, sin embargo, fueron en vano y la ambulancia y Lightbourn no llegarían hasta 35 minutos después, según relató el actor.
En su comparecencia ante el tribunal, la estrella de Grease reconoció por primera vez que su hijo era autista y que sufría convulsiones cada cinco o diez días, tras las cuales dormía durante 12 horas seguidas. Travolta también explicó que él y su esposa acompañaron a su hijo durante su traslado en ambulancia al hospital, y que fue allí cuando se separaron de él ante la petición de los médicos.