Resulta difícil para todas las actrices que son madres el tener que separarse de su familia cuando comienzan sus nuevos proyectos. Sobre todo si ello incluye tener que cambiar de ciudad por un tiempo. Por ello, muchas de ellas optan por llevarse a sus pequeños con ellas. Es el caso de Nicole Kidman, que no quiere separarse ni un momento de su hija, Sunday Rose.
La protagonista de Moulin Rouge ha comenzado el rodaje de su nueva película, Rabbit Hole, un drama cuya historia transcurre en Nueva York. Hasta allí se ha trasladado Nicole con su pequeña. Estos días, la actriz se ha dejado ver a la salida de un apartamento de la ciudad de los rascacielos rumbo al set de rodaje y en muchas veces acompañada de su pequeña.
Vestida con ropa cómoda –pantalones de lino, zapatillas tipo Converse, camiseta blanca y cazadora vaquera-, la actriz ha ido a pasear con la pequeña, que en el próximo mes cumplirá un añito. Así, hemos sido testigos de la faceta más tierna de Nicole, que llevada a su hija en brazos. No cabe duda de que la actriz es la viva imagen de la felicidad, aunque esta vez no estuviera junto a su otro gran amor: su marido, Keith Urban.
Pero no es la única vez que su hija la acompaña por cuestiones de trabajo. Recordamos que el año pasado, en septiembre, la ex mujer de Tom Cruise se sumergía de lleno en el musical Nine, lo que la obligó a trasladarse a Londres. Sunday Rose también le acompañó a la capital inglesa y también se vio a madre e hija paseando por Portobello Road, en el exclusivo barrio londinense de Notting Hill. Por aquel entonces, Sunday tenía poco más de dos meses de vida.