El estrés laboral, un mal que afecta a la mitad de los trabajadores
Una encuesta revela que el perfil del estresado es una mujer, de mediana edad y con experiencia profesional de más de 5 años
Por la OCU
El agitado ritmo de vida que llevamos y las prisas en el trabajo tienen sus consecuencias. El estrés laboral es un mal que afecta a la mitad de los trabajadores españoles, aunque poco más de dos de cada diez son conscientes de ello. El estrés laboral es, básicamente, la respuesta de nuestro organismo a los desequilibrios entre las demandas de trabajo y nuestros recursos para hacerles frente. Aunque también influyen otras circunstancias, como el salario percibido o la relación con los compañeros.
Un estrés excesivo conduce a un deterioro en la salud. Ahora bien, un nivel limitado y controlable puede ayudar en ocasiones a alcanzar nuestros objetivos.
Mucha prisa y mucho de lo mismo
Existen infinidad de factores que pueden causar estrés laboral. Y no todos tienen la misma importancia. No es lo mismo trabajar con una exigencia de esfuerzo continua con unas contraprestaciones salariales escasas (o injustas), que sentir que no se aprenden cosas nuevas. Pero finalmente, unos y otros factores influyen en la percepción del estrés.
En una encuesta elaborada por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), casi todos los trabajadores criticaron lo repetitivo de su trabajo y la rapidez que se les exige. Por el contrario, pocos encuestados se quejan del apoyo de sus compañeros. Y es que por lo general, los compañeros son más una ayuda que una causa de estrés.
Los síntomas más frecuentes son el nerviosismo (para el 28 por ciento de los encuestados), cansancio, debilidad y agotamiento (para un 25 por ciento), irritación (un 23 por ciento) e insomnio (un 18 por ciento lo sufre).
A partir de las respuestas obtenidas, y según los criterios del Instituto Americano del Estrés, el estudio evalúa el nivel de estrés de los encuestados. Los resultados son reveladores: el 56 por ciento de los trabajadores sufre estrés moderado, severo o peligroso. Un porcentaje muy superior al percibido por los encuestados, ya que solo un 22 por ciento es consciente de que lo sufre.
Llegar a casa “roto” y de mal humor
La mitad de los trabajadores declara que su empleo afecta de forma negativa a su bienestar emocional o físico. Los síntomas físicos son los más fáciles de observar: básicamente, cansancio, agotamiento e insomnio.
Sin embargo, los síntomas emocionales o psíquicos son bastante más complejos: nerviosismo, irritabilidad, dificultad de concentración, indiferencia, etc. Son manifestaciones de estrés laboral que llegan a exceder el propio entorno laboral. De hecho, una cuarta parte de todos los encuestados reconoce que la presión que sienten en el trabajo interfiere a menudo con su vida familiar.
Pero el trabajador estresado y su familia no son los únicos afectados. La propia empresa sale perjudicada de una situación de estrés laboral excesivo: el rendimiento del trabajador puede disminuir sensiblemente y, si la situación se alarga, desembocará muy probablemente en una baja laboral. Y es que el estrés en el trabajo no es ninguna tontería: el 4 por ciento de trabajadores encuestados ha llegado a tener alguna vez pensamientos de suicidio por este motivo.
El deporte funciona mejor que la medicación
Aunque los resultados de la encuesta revelan un sensible grado de estrés laboral en más de la mitad de los trabajadores, solo el 17 por ciento sigue algún tratamiento. Y se trata principalmente de mujeres; claro que ellas también concentran los niveles más elevados de estrés severo o potencialmente peligroso.
El tratamiento más habitual es el farmacológico, normalmente a base de ansiolíticos o antidepresivos. No obstante, la satisfacción más alta se obtiene cuando se practica algún deporte, la meditación o alguna técnica de relajación.
Mujer, mediana edad y estresada
El estrés laboral afecta principalmente a las mujeres, de entre 35 y 45 años, y con estudios medios o superiores. El perfil de estresada corresponde a aquellas que trabajan más de 35 horas semanalmente, y es especialmente sensible en quienes llevan más de 5 años trabajando en una empresa, no tanto en las autónomas.
La recomendaciones más apropiadas para todas ellas son, según la OCU, hablar con su jefe, organizar la jornada estableciendo prioridades y cumpliéndolas, y seguir unos hábitos de vida sanos. Una dieta equilibrada y dormir las horas necesarias (7 u 8 horas diarias), mejoran la concentración.
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El agitado ritmo de vida que llevamos y las prisas en el trabajo tienen sus consecuencias. El estrés laboral es un mal que afecta a la mitad de los trabajadores españoles, aunque poco más de dos de cada diez son conscientes de ello. El estrés laboral es, básicamente, la respuesta de nuestro organismo a los desequilibrios entre las demandas de trabajo y nuestros recursos para hacerles frente. Aunque también influyen otras circunstancias, como el salario percibido o la relación con los compañeros.
Un estrés excesivo conduce a un deterioro en la salud. Ahora bien, un nivel limitado y controlable puede ayudar en ocasiones a alcanzar nuestros objetivos.
Mucha prisa y mucho de lo mismo
Existen infinidad de factores que pueden causar estrés laboral. Y no todos tienen la misma importancia. No es lo mismo trabajar con una exigencia de esfuerzo continua con unas contraprestaciones salariales escasas (o injustas), que sentir que no se aprenden cosas nuevas. Pero finalmente, unos y otros factores influyen en la percepción del estrés.
En una encuesta elaborada por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), casi todos los trabajadores criticaron lo repetitivo de su trabajo y la rapidez que se les exige. Por el contrario, pocos encuestados se quejan del apoyo de sus compañeros. Y es que por lo general, los compañeros son más una ayuda que una causa de estrés.
Los síntomas más frecuentes son el nerviosismo (para el 28 por ciento de los encuestados), cansancio, debilidad y agotamiento (para un 25 por ciento), irritación (un 23 por ciento) e insomnio (un 18 por ciento lo sufre).
A partir de las respuestas obtenidas, y según los criterios del Instituto Americano del Estrés, el estudio evalúa el nivel de estrés de los encuestados. Los resultados son reveladores: el 56 por ciento de los trabajadores sufre estrés moderado, severo o peligroso. Un porcentaje muy superior al percibido por los encuestados, ya que solo un 22 por ciento es consciente de que lo sufre.
Llegar a casa “roto” y de mal humor
La mitad de los trabajadores declara que su empleo afecta de forma negativa a su bienestar emocional o físico. Los síntomas físicos son los más fáciles de observar: básicamente, cansancio, agotamiento e insomnio.
Sin embargo, los síntomas emocionales o psíquicos son bastante más complejos: nerviosismo, irritabilidad, dificultad de concentración, indiferencia, etc. Son manifestaciones de estrés laboral que llegan a exceder el propio entorno laboral. De hecho, una cuarta parte de todos los encuestados reconoce que la presión que sienten en el trabajo interfiere a menudo con su vida familiar.
Pero el trabajador estresado y su familia no son los únicos afectados. La propia empresa sale perjudicada de una situación de estrés laboral excesivo: el rendimiento del trabajador puede disminuir sensiblemente y, si la situación se alarga, desembocará muy probablemente en una baja laboral. Y es que el estrés en el trabajo no es ninguna tontería: el 4 por ciento de trabajadores encuestados ha llegado a tener alguna vez pensamientos de suicidio por este motivo.
El deporte funciona mejor que la medicación
Aunque los resultados de la encuesta revelan un sensible grado de estrés laboral en más de la mitad de los trabajadores, solo el 17 por ciento sigue algún tratamiento. Y se trata principalmente de mujeres; claro que ellas también concentran los niveles más elevados de estrés severo o potencialmente peligroso.
El tratamiento más habitual es el farmacológico, normalmente a base de ansiolíticos o antidepresivos. No obstante, la satisfacción más alta se obtiene cuando se practica algún deporte, la meditación o alguna técnica de relajación.
Mujer, mediana edad y estresada
El estrés laboral afecta principalmente a las mujeres, de entre 35 y 45 años, y con estudios medios o superiores. El perfil de estresada corresponde a aquellas que trabajan más de 35 horas semanalmente, y es especialmente sensible en quienes llevan más de 5 años trabajando en una empresa, no tanto en las autónomas.
La recomendaciones más apropiadas para todas ellas son, según la OCU, hablar con su jefe, organizar la jornada estableciendo prioridades y cumpliéndolas, y seguir unos hábitos de vida sanos. Una dieta equilibrada y dormir las horas necesarias (7 u 8 horas diarias), mejoran la concentración.