Ha conseguido conquistar con su espectáculo circense durante la fase americana de su tour mundial. Britney Spears está a punto de cruzar el charco con sus malabaristas, “fieros” bailarines y la música de su último trabajo Circus, pero antes de hacerlo se ha tomado unas merecidas vacaciones en familia. La cantante se escapó a las Bahamas con algunos amigos, personas de su equipo y por supuesto con sus hijos, Sean Preston y Jayden James de los que no se separa.
Durante su estancia allí aprovechó las altas temperaturas y el sol para pasear por la playa y lucir su esbelta figura en biquini, acompañada de una permanente sonrisa. Dicen que existe un culpable de la alegría de la artista que no sería otro que su representante Jason Trawick, con el que los rumores aseguran que mantiene una relación que va más allá de lo profesional. Con él precisamente se la ha podido ver estos días disfrutando de baños en el mar y de las atracciones del parque Atlantis.
Sus hijos se lo pasaron en grande en el centro acuático deslizándose en enormes ruedas hinchables y bajando por los toboganes ante la atenta mirada de su madre, que también disfrutó al máximo de la experiencia Tan bien se lo pasó que no ha dudado en compartirla con todos sus fans colgando las instantáneas de ese día en su página oficial.
Días después y ya de vuelta a casa, la intérprete cambió la crema solar por un vestido de fiesta para asistir a la boda de su prima Laura Lynne Covington, en Louisiana. Britney caminó hacia el altar con su prima como una de las damas de honor del brazo de su hermano Jamie. También desempeñó ese papel su hermana pequeña Jamie Lynn que llevó a la reunión a su hija Maddie. Testigos del enlace han declarado a la revista People que Britney estaba radiante: "Se la veía muy tranquila y guapa. No era el centro de nada, sólamente estaba guapa, calmada y correcta".
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