Los ocho mellizos más famosos del mundo han salido por primera vez de paseo. Tras haber tenido que permanecer en la incubadora hasta coger el peso suficiente, Jonah, Isaiah, Noah, Nayra, Maliah, Macai, Jeremiah y Josiah ya están en su casa de La Habra, California. Su madre, Nadya Suleman, cuenta con la ayuda de varias niñeras para cuidar, además de ellos, de sus otros seis hijos mayores. Pero para sacar a los más pequeños a la calle, Suleman hace uso de dos enormes cochecitos en los que lleva a cuatro en cada uno. No es extraño, por tanto, que su aparición del miércoles en un parque de Los Ángeles causara una escena de lo más llamativa.
Con varias toallas que cubrían cada uno de los carritos, Nadya empujaba uno mientras una de sus niñeras llevaba el otro y otra tiraba de un carrito en el que iban dos de los mayores. También llamó la atención la rapidez con la que Suleman ha reducido su estómago tras el parto de sus ocho hijos menores el pasado mes de enero. Aunque es de suponer que cuidar a catorce niños debe haberla ayudado a mantenerse en forma.
Cualquiera podría pensar que es una labor de lo más agotadora, pero Nadya se mostró muy relajada y sonriente mientras jugaba con sus hijos en el césped. Ajena a las críticas que han realizado algunos de sus familiares, entre ellos su propia madre, que han declarado que su deseo de tener tantos hijos puede deberse a algún desequilibrio mental, a sus 33 años Suleman se confiesa feliz de estar atravesando un dulce momento como madre de familia numerosa. Y es que, según revelaron documentos judiciales, Nadya sufrió de depresiones hasta que tomó la decisión de tener hijos.
En declaraciones a RadarOnline.com mientras se encontraba en el parque, la feliz mamá ha confesado que este fin de semana pasará por el quirófano para que le sean extirpados unos tumores benignos, operación que hará prácticamente imposible que se vuelva a quedar embarazada. “Me van a quitar la mitad del útero por precaución, para que no se desarrollen células cancerígenas en el futuro”, explica. “Estoy aterrada. La última vez que me anestesiaron fue hace dieciséis o diecisiete años en una operación de reducción de pecho. Estoy muy, muy nerviosa. Tengo que hacer un testamento por si acaso en el que voy a incluir a una pareja católica, dos personas increíbles y muy fiables, por si algo me pasara”, añade Nadya.
De modo que, durante los siete días en que esté recuperándose, Nadya dejará a sus catorce hijos al cuidado de las niñeras que le ha proporcionado el Estado y las dos enfermeras que la visitan cada día. Además de esta ayuda, los niños también reciben comida y leche gratis que a ella le costaría cerca de 1.560 euros al mes, según ha contado. Sin embargo, se ha dicho que ha utilizado dinero obtenido con las entrevistas que ha dado a los medios para pagar su casa de California, de cuatro dormitorios y valorada en unos 450.000 euros. Pero a ella no parece importarle lo que diga la gente: “Tengo que despreocuparme de eso. No puedo vivir así”.
Por otra parte, se rumorea que Nadya está negociando un contrato con una cadena de televisión para hacer un documental sobre su gran familia hasta que sus hijos cumplan dieciocho años. Su abogado, Jeff Czech, ha dicho al respecto: “Como cualquiera, ella quiere que su caso sea visto de forma positiva y piensa hacer algo para que su punto de vista sea conocido por todo el mundo”.