Se han reanudado esta mañana las labores de búsqueda del cuerpo sin vida de la joven sevillana Marta del Castillo. Tras el parón sufrido por la Semana Santa, que en Sevilla se siente de una manera especial, los agentes encargados de la localización del cuerpo siguen trabajando en la llamada “zona sensible” del vertedero de Alcalá de Guadaira.
Siguen apareciendo periódicos con fecha del día de la desaparición, restos de esa semana que hacen no perder la esperanza en recuperar el cadáver de la joven. El equipo está integrado por dos agentes de la Policía Judicial, dos de la Policía Científica y otros dos del Grupo de Menores (Grume) del Cuerpo Nacional de Policía, ayudados por maquinaria y operarios de la planta dirigidos por los investigadores. Cabe destacar el tremendo esfuerzo que están realizando los agentes de seguridad, tanto de la Policía Nacional como de la Guardia Civil. Recordemos que antes que empezar a buscar en el vertedero, estuvieron registrando palmo a palmo el río Guadalquivir durante un mes entero, dada la primera versión que el presunto asesino Miguel Carcaño confesó.
Hasta que no aparezca el cuerpo de Marta, no sabremos que pasó con ella. ¿Qué le hicieron estos sin vergüenzas? ¿Por qué no cuentan la verdad y le ahorran más sufrimiento a la ya maltrecha familia de la joven?
Después de las diferentes versiones que fue declarando el presunto asesino Miguel Carcaño, cualquier cosa puede ser posible.
Mientras Miguel continúa ingresado en la cárcel de Morón de la Frontera junto a “el cuco”, Samuel Benítez y el hermanastro de Miguel, Francisco Javier Delgado.
Realmente, poco se sabe de lo ocurrido aquella noche del 24 de enero en el piso de León XIII. Marta está muerta y mientras no se sepa lo sucedido, ni su familia, ni sus amigos, ni los Cuerpos de Seguridad del Estado, que están haciendo un tremendo esfuerzo, ni la opinión pública descansarán hasta saber la verdad. Miguel, “el cuco”, Samuel y Javier al final pagarán por lo que hicieron. Aunque no sepamos aún a ciencia cierta lo ocurrido, de algo sí que estamos seguros, de esta no se van a librar.