Pronto se cumplirán dos años de la desaparición de Madeleine McCann, pero ni el mundo ni, mucho menos, su familia se han olvidado del trágico suceso. Parece que sus padres se resisten a dar el caso por cerrado, por lo que Gerry McCan ha vuelto al Algarve portugués, donde se perdió el rastro de la pequeña, con la intención de continuar con su búsqueda.
Esta inesperada visita ha despertado un gran interés mediático. Más si tenemos en cuenta que el viaje de Gerry obedece a un doble interés: por una parte, pretende que no se olvide el caso de Madeleine y por otra, su estancia en tierras lusas servirá como material de un documental que se está elaborando para el canal de televisión británico Channel Four.
En el mismo, no sólo intervendrá el matrimonio McCann, sino también algunos de los personajes más destacados de esta historia: los amigos con los que compartían mesa la noche en que desapareció la pequeña en un apartamento próximo a Praia Da Luz, en la localidad de Lagos.
Terribles sospechas
Esta es la segunda ocasión en que el padre de Madeleine regresa a Portugal, tras abandonar, precipitadamente el país, en septiembre de 2007, cuando él y su esposa, Kate McCann, fueron declarados sospechosos por las autoridades que llevaban el caso.
La primera vez que volvió a la costa lusa fue el pasado mes de enero para cooperar con las autoridades portuguesas en el caso de su hija. El matrimonio McCann desea, ante todo, que se reabra la búsqueda. Para ello se ha realizado una nueva pegada de carteles y fotografías en Lagos y en Praia Da Luz.
En estos dos años las autoridades policiales no han encontrado ninguna prueba concluyente acerca de la desaparición y consideran a la niña "probablemente" muerta. Además, en el sumario del caso también se recogía la posibilidad de que los propios padres estuvieran implicados en el fallecimiento de la pequeña. Sin embargo, el Ministerio Público portugués afirmó que no se había podido confirmar ninguno de los indicios apuntados por los investigadores tanto acerca de la posible muerte accidental de Madeleine (en la que podrían haber tenido algo que ver sus progenitores) como en la ocultación del cadáver.