Los familiares y amigos, el mejor apoyo para afrontar la violencia doméstica
No todas las mujeres se deciden a denunciar los casos de maltrato, pero algo está cambiando: la implicación de la familia y los amigos es cada día mayor
Por la OCU
Insultar a la pareja, a un hijo o a un hermano es una forma de violencia doméstica. Se trata, en este caso de una agresión verbal, la más común de todas ellas, y es casi tan habitual en hombres como en mujeres. Lamentablemente, hay formas de violencia doméstica mucho más graves, como la agresión física, la agresión sexual e incluso el intento de asesinato, y en estos casos la víctima casi siempre es una mujer.
La peores agresiones, a mujeres jóvenes
Según una encuesta realizada por la OCU, nadie está a salvo de la violencia doméstica. Es más habitual en hogares con problemas, generalmente económicos, pero también se da en familias de clase media y alta.
Asimismo, las víctimas tampoco responden a una edad concreta, aunque las agresiones más graves se producen con mayor frecuencia entre mujeres jóvenes, sobre todo entre mujeres separadas y divorciadas, muchas con niños pequeños a su cargo.
Los desencadenantes de una agresión son muy variados: una situación que produce en el agresor frustración o rabia, diferencias de opinión a la hora de afrontar un asunto familiar o, más concretamente, los problemas psicológicos del agresor, bien porque esté estresado o porque se sienta deprimido. Los celos son otra importante causa de violencia doméstica. Sea como sea, el origen del maltrato puede responder a distintos motivos.
La respuesta de familiares y amigos
Afortunadamente, la mayoría de las personas que quieren y conocen a mujeres que sufren violencia doméstica interviene para ayudar a la víctima. Algunas, incluso denunciando al agresor.
Lo más habitual de quienes conocen a alguna víctima (el 34% de los encuestados) es que reaccionen en su ayuda. El 81% tomó la decisión de apoyar activamente a las víctimas. Lo más habitual es que ofrezcan consejo y apoyo, dos gestos fundamentales para acompañar a la mujer que ha sido maltratada. Es fundamental que la mujer sepa que no está sola frente al problema y que puede contar con los suyos para superarlo.
Además, el 36% de los familiares de mujeres maltratadas habla con el agresor, bien parra advertirle que se aleje de la víctima o para convencerle de que tiene un serio problema. Asimismo, un 16% acuden a la policía para informar del suceso; hecho muy importante, ya que en muchas ocasiones las víctimas no reúnen el valor necesario para poner una denuncia.
Otros tantos familiares acudieron en busca de la ayuda de un profesional, bien un trabajador social o un religioso, especializados en cómo apoyar a las víctimas en este tipo de situaciones.
Qué hacer ante una agresión
Lo más inmediato es llamar al servicio de Urgencias (112) si la víctima necesita atención médica. Además, es muy importante denunciar las agresiones, se puede llamar por teléfono directamente a la Policía Nacional (091) o a la Guardia Civil (062).
Si no se atreve a denunciar la agresión, sí que hay algo que debe hacer. Es llamar al menos al Servicio de Información y Asesoramiento Jurídico en materia de Violencia de Género, al número 016. Además, este número no queda grabado en la factura telefónica, por lo que las mujeres que se sientan asustadas pueden llamar con toda la discreción que quieran. También le ofrecerán ayuda y apoyo en la Comisión para la Investigación de Malos Tratos (900 100 009), donde le escucharán y le aconsejarán. Lo más importante es tener en cuenta que hay soluciones y que se puede salir de esa terrible situación.
Y por supuesto, es muy recomendable confiar en las personas más cercanas, en los amigos íntimos y en los familiares. Tener confianza en otra persona resulta muy tranquilizador porque de esta forma, se comparten los sentimientos y se alivia la sensación de soledad.