Programadores, fiscalistas y comerciales, los profesionales que mejor resisten la crisis económica
Los directores industriales y los pediatras completan esta reducida lista de 'privilegiados' laborales
El año 2008 se despide con una de las cifras más altas de desempleo de los últimos años. Casi 1.000.000 de personas perdieron su empleo en los últimos meses, según ha hecho público el Instituto Nacional de Estadística (INE).
A pesar de esta incuestionable realidad siguen existiendo ocupaciones laborales que no han experimentado un descenso notable debido a la crisis que afecta a la economía española. Actualmente, los programadores, fiscalistas y comerciales son los profesionales que pueden elegir entre más ofertas de trabajo y, lo que es más importante, no son los principales protagonistas en las listas del paro.
En el área de nuevas tecnologías, los perfiles de programador, consultor y jefe de proyectos son los más solicitados. En el caso de las infraestructuras, son los ingenieros de ofertas, ingenieros de ejecución de proyectos e ingenieros de ventas. Mientras tanto, en el área financiera, hay un claro liderazgo: el especialista en asuntos fiscales. Aunque si la crisis económica ha multiplicado una oferta laboral, ésa ha sido la de los responsables de desarrollo de negocio y los comerciales sea cual sea el sector empresarial en el que estén empleados.
Aunque, en menor medida, existe igualmente un importante nicho de mercado en el que tienen cabida los llamados directores industriales. En épocas difíciles son los máximos responsables de las fábricas. Su gestión y experiencia es imprescindible para sanear y mantener la situación financiera de las mismas, así como su productividad.
Por último, también hay 'privilegiados' laborales dentro del área sanitaria. Ellos son los pediatras. El aumento de la natalidad durante los últimos diez años en España, gracias sobre todo a la llegada de inmigantes, ha incrementado notablemente la demanda de este tipo de profesionales. Aunque, no todo es positivo para estos especialistas, ya que la sanidad española, eminentemente pública, no oferta el suficiente número de plazas de pediatría debido al déficit de las arcas de las distintas administraciones a escala nacional.