Queda menos de un mes para que Barack Obama jure su cargo como presidente de Estados Unidos, el próximo 20 de enero. A partir de ese momento, su trabajo al frente de la nación más poderosa del mundo le obligará a encarar cuatro intensos años y no podrá disfrutar de demasiado tiempo libre como quisiera. Quizá por ello, antes de trasladarse a la Casa Blanca, ha decidido pasar las Navidades previas a su investidura en un buen remanso de paz y tranquilidad: su Hawai natal.
Tras un vuelo de nueve horas, Obama llegó el sábado a la isla de Oahu con su familia, unos amigos, el servicio secreto y varios periodistas a bordo de un Boeing 767 que les había desplazado desde Chicago. La feliz familia fue fotografiada a su llegada bajando las escalerillas del avión, todos ellos vestidos de manera informal. Barack, con deportivas y gorra de béisbol, portaba en su mano izquierda un ordenador portátil. Una limusina les llevó hasta la residencia donde ya disfrutan de sus vacaciones navideñas.
Junto a su mujer, Michelle, y sus hijas Malia, de diez años, y Sasha, de siete, el sucesor de George W. Bush se aloja en una villa de cinco habitaciones y piscina con vistas al océano Pacífico que ha alquilado en la playa Kailua, cerca de las montañas Koolau de Honolulú donde el próximo Presidente estadounidense pasó parte de su infancia. Se trata de una zona preferida por surfistas, amantes del kayac y gente que quiere espacio para pasear.
Los reporteros que acompañan a Obama no han podido averiguar la cantidad que éste ha desembolsado por el alquiler de la vivienda, construida en 1934 y remodelada en 2005, pero sí han confirmado que procede del presupuesto familiar.
En su primer día de vacaciones, y tras la agotadora campaña electoral y las maratonianas reuniones que ha mantenido para formar su gabinete de gobierno, Obama escogió el golf para relajarse. Un deporte que podrá practicar durante los 13 días de descanso que él y su familia disfrutarán antes de comenzar su nueva vida en Washington.
Hawai, destino vacacional
Los vecinos de Kailua Beach están encantados con la presencia de los Obama, según citaron varios medios locales. Entre ellos se encuentran su hermana Maya y amigos del instituto. Martha Burke, una de las vecinas, afirmó: “Estoy segura que quiere mucha privacidad, así que espero que podamos contenernos y evitar saludarle. Pero lo dudo”. Don Dymond, propietario del Café Kalapawai Cafe y el Mercado Kalapawai, asegura que es especialmente emocionante porque Obama “conoce lo suficiente el lugar y la isla y sabe que no hay sitio mejor”. “La comunidad tiene suerte de que él haya elegido este lugar. Espero que en los próximos ocho años decida volver más veces”, añadió Dymond.
No es la primera vez, sin embargo, que Obama elige Hawai para pasar sus vacaciones. El pasado verano y en las dos últimas Navidades también viajó hasta la isla de Oahu con su familia para aprovechar sus días de descanso. Esta Navidad, no obstante, estará marcada por la triste ausencia de su abuela Madelyn Dunham, que falleció un día antes de las elecciones estadounidenses.