Las últimas semanas, la ciudad de Washington está en el punto de mira del planeta entero. Este fin de semana ha acogido la cumbre del G-20, o lo que es lo mismo, las principales economías del mundo, se han reunido para discutir las soluciones para salir de la grave crisis económica mundial.
La solución de la crisis: el control a los bancos
El mensaje común que firmaron los convocados a la cumbre fue muy claro: la crisis solo se resolverá en la medida en que se supervise el sistema financiero. Así pues, los gobernantes coincidieron en la importancia de un control sobre las operaciones financieras para ganar en transparencia. El G-20 también reafirmó su apuesta por un sistema de libre mercado y su rechazo por las medidas más proteccionistas.
Junto a estas, los dirigentes firmaron un paquete de medidas fiscales para reactivar la economía.
Medidas para reactivar la economía
El grupo del G-20 subrayó la importancia de países emergentes, como Brasil, India o Turquía, en constante crecimiento económico; países a los que se decidió ofrecer mayor voz y voto en las decisiones económicas internacionales.
Por otra parte, las principales potencias acordaron una serie de planes fiscales para reactivar la economía, tales como ayudas a los ciudadanos y a las pequeñas y medianas empresas (PYMES) que se enfrentes con dificultades para salir de la delicada situación económica. Asimismo, la cumbre ha decidido fomentar la actividad de los bancos, a los que se va a ofrecer medidas para que puedan volver a conceder créditos a sus clientes.
Para evitar situaciones como las que han llevado a la quiebra de algunos bancos, la cumbre ha establecido la figura de un colegio supervisor de las actividades de las entidades financieras. El objetivo no es otro que recuperar la confianza de los ciudadanos, y para ello, ningún banco será completamente independiente.
También se sentirán muy observados los grandes especuladores, que juegan con la seguridad de la mayoría de las inversiones, y que tras años de especular de una manera muy agresiva, han contribuido al descalabro económico actual.
Por otro lado, el G-20 ha estudiado la situación de los países más desfavorecidos a raíz de la crisis. Si bien no se han suprimido los aranceles, sí que se ha mostrado la voluntad de agilizar y facilitar el comercio libre con estos países, principalmente con los de América Latina.
Por último, el G-20 se ha comprometido a regular las inversiones mediante sellos de calidad y también a revisar el valor de los productos mediante agencia de calificación para reforzar la fiabilidad de estos valores.
Una reunión histórica
El hombre más seguido por la prensa, Barack Obama, no estuvo presente, ya que hasta el próximo 20 de enero no se hará cargo de la presidencia del país. Así pues, el aún comandante en jefe, George W. Bush, recibió a los principales gobernantes del mundo en la que ha sido su última gran cita internacional antes de abandonar su puesto.
Entre los asistentes se encontraban los mandatarios de la Unión Europea, Canadá, Japón, Corea del Sur, Argentina, Australia, Brasil, China, India, Indonesia, México, Arabia Saudí, Sudáfrica, Turquía y Rusia. Por invitación expresa de Francia, también han asistido Holanda, la República Checa y, por supuesto, España, a la que Sarkozy cedió amablemente una silla.
Tras valorar la cita como un éxito, George W. Bush se despidió con un sencillo “Goodbye” (“Adiós”) ante la conferencia internacional tras ocho años de mandato, en la rueda de prensa posterior a la reunión.