La Fiscalía portuguesa ha archivado definitivamente el caso Madeleine McCann, uno de los casos qué más ha conmovido a la opinión pública mundial en los últimos tiempos. La resolución del fiscal general Fernando Pinto da carpetazo al caso al no conseguir “pruebas suficientes” tras catorce meses de infructuosa búsqueda. El caso se cierra pero se reabrirá si hubiera nuevas pruebas que lo justificaran y los padres de la pequeña Maddie, Gerry y Kate McCann, ya han anunciado que no cesarán en la búsqueda de su hija.
El informe final de las investigaciones policiales recoge que no consta ninguna pista ni novedad en los últimos meses, y al "no haberse encontrado pruebas que relacionen a los sopechosos del caso”, las autoridades portuguesas han cerrado el caso . De esta manera, el británico Robert Murat y los padres de Maddie, Gerry y Kate McCann, dejan de ser considerados sospechosos oficiales. Murat recibió la noticia en Inglaterra y aseguró a la BBC “sentirse muy aliviado”.
Tres horas después de que la resolución portuguesa se hiciera pública, los padres de Maddie ofrecieron una rueda de prensa en un hotel cerca de su casa de Leicestershire: “Es difícil de describir lo completamente desesperante que fue ser clasificados como ‘arguidos’ y consecuentemente centrar en todos los medios de comunicación la culpabilidad de la desaparición de nuestra hija y aún cosas peores”. La policía portuguesa les relacionó por unas supuestas pruebas de ADN que encontraron en su coche de alquiler.
El archivo abre una nueva fase, puesto que permitirá a los McCann acceder a la documentación oficial, hasta ahora clasificada, que esperan poner en manos de los detectives privados que contrataron. Sin embargo, la investigación sólo podría reabrirse "si surgieran nuevos elementos de prueba que originen diligencias serias, pertinentes y consecuentes", según el escueto comunicado que Procuraduría General de la República ha hecho llegar a los medios. Los McCann aseguraban tras conocer que se abría el secreto de sumario: “Estamos deseando tener acceso a los archivos para comprobar que es lo que se ha hecho y más importante, ver que podemos hacer todavía. No cesaremos en la búsqueda por nuestra pequeña hija”.
Maddie, de cuatro años, despareció mientras dormía con sus dos hermanos pequeños el pasado 3 de mayo de 2007 en la habitación del hotel del Algarve portugués donde la familia pasaba las vacaciones. En ese momento, los padres cenaban en un restaurante cercano, y al volver para vigilar a los niños, comprobaron que Maddie ya no estaba. Su portavoz, Clarence Mitchell, ha confirmado que los abogados de los McCann podrán disponer de toda la información policial que hasta ahora estaba clasificada a finales de esta semana. Las autoridades portuguesas han cerrado el caso pero se abre una nueva etapa: ahora se van a conocer los resultados de los análisis de ADN realizados en Inglaterra, se van a detallar todos los pormenores de la investigación y el próximo jueves, el ex detective jefe de esta investigación, Gonçalo Amaral publicará un libro en el que relatará el caso que le costó la carrera policial. El caso Madeleine se cierra con muchos interrogantes y con nuevos capítulos más allá de la trágica desaparición de Maddie durante sus vacaciones familiares.