Detienen a la hija de Paco Marsó por atracar varios bancos

Diana Patricia, de 32 años, y su novio, de 48, han sido puestos a disposición judicial como presuntos autores de cuatro asaltos en entidades bancarias de Granada

por hola.com
La hija del productor de teatro Paco Marsó, Diana Patricia Martínez, de 32 años, nacida de una relación de juventud con una joven alemana Brigitte -anterior a su matrimonio con Concha Velasco-, y su novio, Enrique Lorente, de 48, fueron detenidos el pasado 24 de octubre en la localidad granadina de Cuevas del Campo, acusados de cuatro presuntos atracos, -el último con persecución y tiroteo incluido-, a diversas entidades bancarias de la zona norte de la provincia de Granada. Sorprendentemente de quien hablamos no es de dos de atracadores profesionales, el objetivo de esta pareja de empresarios no era otro que pagar grandes deudas.

Según los informes de la Policía, Enrique Lorente es el presunto autor de los robos, tres en la localidad de Freila y otro en Cuevas del Campo, y la hija de Paco Marsó, aquella "buena estudiante, buena hija y buena hermana", tal y como la describía hace años el productor de teatro, es ahora presunta cómplice de los delitos debido a que el día de su detención ella conducía el coche que perseguía la Guardia Civil. Tras la detención, su padre, que por el momento no ha podido contactar con su hija, simplemente se ha limitado a decir que está "muy preocupado" y que "ha llamado a un abogado" para enterarse de lo ocurrido.

Un botín de más de 50.000 euros
Un comunicado de la Comandancia de la Guardia Civil de Granada ha difundido que en las dos viviendas de la pareja en de Pozo Alcón encontraron 15.000 euros en efectivo, procedentes de uno de los atracos, 2000 euros en monedas todavía con los precintos bancarios y 5.400 libras esterlinas. A este dinero hay que sumar los 35.560 euros que la Guardia Civil recuperó en el momento de la detención, una pistola simulada, un cuchillo, una navaja y, además de la ropa que les relaciona con los atracos, un llamativo sombrero que llevaba el atracador para ocultar su rostro y que ha sido reconocido por sus víctimas.