Emilio, el portero más popular de la televisión, se despedirá esta temporada de los seguidores de la serie Aquí no hay quien viva, que se emite en Antena 3 Televisión. El actor Fernando Tejero desea dedicar más tiempo a nuevos proyectos y demostrar a sus admiradores que no sólo es el simpático y entrañable portero de la disparatada comunidad de la ficticia calle del Desengaño.
Fernando, al final has decidido dar por terminada tu participación en Aquí no hay quien viva
Quise dejarlo en verano, pero me convencieron para que me quedara y dar un final digno al personaje.
¿Cuáles son tus nuevos proyectos?
Ahora estoy preparando la película Nadie es perfecto, que dirige Joaquín Oristell. Interpreto a un personaje ciego. Sé que es difícil, pero es un papel precioso. Yo soy muy realista y tengo los pies en el suelo. Sé que hay que aprovechar el momento y también quiero demostrar que sé hacer algo más que la serie.
¿El ritmo de grabación de la serie ha sido duro?
Sí, ha sido un ritmo infernal, ya que la cadena ha creído encontrarse con la gallina de los huevos de oro. Al contrario que otras series, que se graban trece capítulos, se paran dos meses y se vuelve a grabar otros trece, aquí no. Llegó un momento en el que el trabajo pasó de ser un placer a ser un sufrimiento. Yo no quiero trabajar así, quiero disfrutar de mi trabajo.
Los admiradores de la serie se te acercan con mucho cariño, pero, ¿ese tipo de popularidad puede llegar a agobiar?
A mí se me acercan de una manera preciosa. Todavía nadie se me ha acercado para decirme algo feo. Percibo que la gente me quiere. Pero también es como si tienes una novia que te quiere mucho y está todo el día encima de ti. Creo que todo en mucha cantidad agobia.
¿Dirías que la fama te ha cambiado?
Para disfrutar del éxito hay que tener la cabeza muy bien amueblada y saber que puede ser algo totalmente efímero, aunque yo espero que en lo que se refiere al trabajo no lo sea. La fama tiene que afectarte lo menos posible. A mí, todo esto me sirve para ponerme las pilas y saber que no me tengo que dormir. Yo llegué a deprimirme; pillé una depresión de caballo, por no entender lo que estaba pasando. Intenté tanto que la fama no se me subiera a la cabeza, que me fui al otro extremo, y me dio una depresión.
¿Y con tanto trabajo, no hay sitio para el amor?
En este momento de mi vida no hay sitio para el amor. Me han hecho ya mucho daño y ahora estoy todavía curándome. Mi corazón está como el de Alejandro Sanz. Bueno, no partío, pero sí cerrado.