Jaydy Mitchel y Alejandro Sanz, ruptura definitiva
El comienzo
El suyo fue un noviazgo fugaz. Apenas se confirmaba su relación cuando se casaron durante unas vacaciones en Indonesia. Entonces, Alejandro ya era un cantante de éxito internacional y Jaydy, una conocida modelo en España por su campaña para Don Algodón. Fue en diciembre de 1998, a final de año, cuando el cantante dejó la soltería en el mismo mes que cumplió los treinta. Sólo sus familias conocían su intención de casarse. Una romántica boda que ofició un monje hindú y que no tenía validez jurídica ni en España ni en México. En aquel entonces, y desde estas mismas páginas, dimos cuenta en exclusiva de todos los detalles de la ceremonia. Años después, Alejandro hablaría de esta forma de aquella boda: El rito nos lo inventamos nosotros, aunque yo estoy tan casado como el que más. Habría que ver cómo les va a muchos que dicen que no he revalidado mi unión. Yo, cuando les vea tan felices como nosotros, entonces me creeré sus matrimonios
La pareja vivía una luna de miel constante y las imágenes de plena felicidad que pudimos ver en Bali o en París (donde pasaron su luna de miel) se convirtieron en una constante. Pero esa felicidad se multiplicó con la llegada de Manuela, su primera y única hija el 28 de julio de 2001.
Periodista y modelo
Jaydy Mitchel comparte sus raíces entre Estados Unidos y México, ya que su padre es norteamericano y su madre, del país azteca. Ella nació en Guadalajara (México) hace veintinueve años. Sus primeros trabajos como modelo los consiguió en Estados Unidos, país donde llegó a trabajar como redactora de revistas de moda. Y es que el periodismo es otra de sus pasiones; de hecho, llegó a estudiar dos años de esta carrera universitaria en Madrid.
Dentro del mundo de la moda, uno de sus trabajos más importantes fue para Don Algodón, firma que la lanzó a la fama. Por su parte, Alejandro Sánchez Pizarro, su verdadero nombre, a los treinta y seis años ha logrado todo lo que podía soñar en el mundo de la música. La carrera de este madrileño de alma gaditana ha sido imparable, cosechando todos los éxitos imaginables. Desde que tenía siete años le comenzó a dar a la guitarra. Y así ha seguido, hasta hoy. De hecho, asegura que la música es su vida. Incluso España se le quedó pequeña para su gran carrera. Por ello, se trasladó a vivir a Miami, desde donde controla el mercado americano.
Ahora se abre ante él una nueva perspectiva. Una nueva vida sin Jaydy. Alejandro no ha sido partidario de entrar en detalles sobre su actual situación sentimental. No ha querido, al igual que Jaydy, entrar en confirmaciones ni desmentidos. Se ha refugiado en la callada por respuesta. Pero no es lo mismo estar que ser ni es lo mismo estar que quedarse, que ya lo dice la clarividente letra de su canción. Ahora, trasladado a su situación, son, pero ni están ni se quedan. Que no es lo mismo. Quizá la canción que entone ahora sea otra: Tiritas pa este corazón partío.
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El suyo fue un noviazgo fugaz. Apenas se confirmaba su relación cuando se casaron durante unas vacaciones en Indonesia. Entonces, Alejandro ya era un cantante de éxito internacional y Jaydy, una conocida modelo en España por su campaña para Don Algodón. Fue en diciembre de 1998, a final de año, cuando el cantante dejó la soltería en el mismo mes que cumplió los treinta. Sólo sus familias conocían su intención de casarse. Una romántica boda que ofició un monje hindú y que no tenía validez jurídica ni en España ni en México. En aquel entonces, y desde estas mismas páginas, dimos cuenta en exclusiva de todos los detalles de la ceremonia. Años después, Alejandro hablaría de esta forma de aquella boda: El rito nos lo inventamos nosotros, aunque yo estoy tan casado como el que más. Habría que ver cómo les va a muchos que dicen que no he revalidado mi unión. Yo, cuando les vea tan felices como nosotros, entonces me creeré sus matrimonios
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Periodista y modelo
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Dentro del mundo de la moda, uno de sus trabajos más importantes fue para Don Algodón, firma que la lanzó a la fama. Por su parte, Alejandro Sánchez Pizarro, su verdadero nombre, a los treinta y seis años ha logrado todo lo que podía soñar en el mundo de la música. La carrera de este madrileño de alma gaditana ha sido imparable, cosechando todos los éxitos imaginables. Desde que tenía siete años le comenzó a dar a la guitarra. Y así ha seguido, hasta hoy. De hecho, asegura que la música es su vida. Incluso España se le quedó pequeña para su gran carrera. Por ello, se trasladó a vivir a Miami, desde donde controla el mercado americano.
Ahora se abre ante él una nueva perspectiva. Una nueva vida sin Jaydy. Alejandro no ha sido partidario de entrar en detalles sobre su actual situación sentimental. No ha querido, al igual que Jaydy, entrar en confirmaciones ni desmentidos. Se ha refugiado en la callada por respuesta. Pero no es lo mismo estar que ser ni es lo mismo estar que quedarse, que ya lo dice la clarividente letra de su canción. Ahora, trasladado a su situación, son, pero ni están ni se quedan. Que no es lo mismo. Quizá la canción que entone ahora sea otra: Tiritas pa este corazón partío.