Jaydy Mitchel y Alejandro Sanz, ruptura definitiva

por hola.com
Felicidades sin amor
Lo cierto es que estrategia o principios, la cosa funcionaba. Jaydy era la mujer más buscada y más reclamada… como reclamo. A pesar de que su agente aseguraba que precisamente por culpa de esta polémica su cliente perdía trabajos, Jaydy se mantuvo en su línea. El misterio crecía al ritmo que su presencia se la rifaban.

De esta forma, recientemente fue elegida para amadrinar los Premios de Diseño Venus de Gillete al mejor traje de baño. El llenazo de prensa estaba asegurado. Y así fue. No obstante, la modelo se mantuvo en sus trece de no hablar claro. Jaydy jugó una vez más el despiste, pero era imposible no sacar conclusiones de sus palabras. Declaraciones como «soy feliz, aunque la felicidad no se basa en estar enamorado» o «este verano iré de vacaciones con mi hija» hablaban por sí mismas. Un océano le separaba de Alejandro Sanz, y no sólo en el sentido literal. Sin embargo, Jaydy seguía obsesionada en no hacer declaraciones sobre su vida en pareja (que no privada, ya que no ha tenido reparos en hablar, como cualquier madre, de lo más bonito de su vida, que es su hija) y la modelo entró en la peligrosa dinámica de no acabar con la tormenta de rumores, que al final provocó rayos y truenos.

’La felicidad no se basa sólo en el amor’
En esta última conversación que mantuvimos con la modelo antes de conocer la ruptura, Jaydy tiró por la calle de en medio: «No estoy jugando a nada y por eso no voy a entrar en este juego. Yo respeto mucho a la prensa, por eso pido el mismo respeto. Estoy feliz y estoy tranquila. Ha sido una época dura por todo lo que han dicho y por lo que escucho, pero hace mucho tiempo que no hago caso a los rumores. De hecho, ya me los tomo a risa». De hecho, en esa misma conversación comentó su intención de darle un hermanito a Manuela. «Yo digo siempre que sí, porque ser hijo único es difícil. Claro, que no tendría por qué ser con Alejandro. En una escala de felicidad de uno al diez puntuó la suya con un nueve y medio, y ‘lo digo con el corazón’. ¿Quizá porque está enamorada? ‘La felicidad no se tiene que basar sólo en otra persona, se puede basar en uno mismo’, respondió. Sobre su niña, que ya tiene cuatro años, comentó que su mayor deseo es que crezca ‘con salud y que tenga una infancia normal. Es decir, que no sea el centro de atención’. Añadió que la niña ‘ve bastante a su padre’ y que cuando viene a España se aloja en su casa. Palabras de aparente normalidad, de las que se deduce que tanto Jaydy como Alejandro mantienen la mejor relación por el bien de su niña. ‘Es muy coqueta, le gusta ponerse mis tacones y quiere mis vestidos. Es una niña muy inteligente y tiene mucha imaginación. Ahora está recibiendo clases de piano tiene un gran oído musical’, decía con todo el amor de madre.