Isla de Jersey, 1945. La II Guerra Mundial ha terminado pero el marido de Grace no vuelve. Sola, en un aislado caserón victoriano, educa a sus hijos dentro de estrictas normas religiosas. Los niños sufren una extraña enfermedad: no pueden recibir directamente la luz del día. Los tres nuevos sirvientes que se incorporan a la vida familiar deben aprender una regla vital: la casa estará siempre en penumbra; nunca se abrirá un puerta si no se ha cerrado la anterior. El estricto orden que Grace ha impuesto hasta entonces, será desafiado.