En directo, y desde los estudios de la NBC en Burbank, Javier Bardem se sentó en la silla de celebridades de Jay Leno, uno de los presentadores más famosos de los Estados Unidos. Simpático y divertido, Javier habló de su pasado, de su carrera cinematográfica, promocionó a la perfección Antes que anochezca y en la conversación apareció, incluso, el rey don Juan Carlos. "A lo mejor cuando gane el Oscar, me recibe en audiencia. Es un tío divertido", bromeó el actor.
Pero no nos llamemos a engaño. Mientras Javier Bardem derrocha encanto por los cuatro costados, las encuestas, que se multiplican cada día en la prensa estadounidense, le otorgan muy pocas posibilidades de hacerse con la estatuilla. Ningún sondeo le da más de un diez por ciento. Otra cosa sería que la encuesta se realizase entre críticos. Bajo el planteamiento de quién merece realmente ganar, Javier Bardem tendría prácticamente el Oscar en el bolsillo.
Los críticos del New York Times opinan, al igual que uno de los columnistas estrella de Entertainment Weekly, que el actor español debería alzarse con el triunfo, pero entre bambalinas se habla de un pulso de titanes para la gran noche del cine: Russell CroweversusTom Hanks. Mientras la prensa pronostica, Javier Bardem sigue en Los Ángeles con la positiva actitud de saber que haber llegado donde está ya es un triunfo, aunque eso no quiere decir que no sueñe con ganar: "Todo el mundo quiere ganar, yo incluido. Quien diga lo contrario, miente".
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