Su relación con Adans Peres terminó, pero su idilio con el circo es infinito. Su padre, Rainiero, fundó el Festival Internacional de Circo de Montecarlo, del que ella cogería el testigo años después. “La pasión por el circo está inscrita en nuestro ADN, sí. Mi padre me la transmitió y corre por mis venas, como por las de Pauline. Estaré aquí hasta el final, seguro. Lo ideal sería hacerlo como Molière, irme bajo mi carpa...”, decía la Princesa