A pocas horas de la celebración de los Oscar, la ciudad de Los Ángeles, y más concretamente Hollywood, ultima todos los preparativos para convertirse en la capital mundial del cine. Y es que un año más, fiel a su cita, desfilarán por la alfombra roja del Kodak Theatre las estrellas del celuloide que este año aspiran a llevarse la preciada estatuilla. Lujo, elegancia, excentricidad... todos los adjetivos que usted pueda imaginarse no son suficientes para describir una de las ceremonias más famosas del mundo. Viendo esta gran fiesta del cine y, por ende, de la vida más mundana y glamourosa, puede entenderse por qué Los Ángeles ha sido desde hace años la mejor representación del llamado sueño americano, la ciudad donde todo puede ser posible. Una metáfora que el tiempo ha ido colocando en su sitio para mostrar que, en esta fábrica de ilusión, no todo es maravilloso y que aquí, como en cualquier parte del mundo, existen grandes contrastes: desde las grandes mansiones de Beverly Hills, Malibú o Bel Air, donde viven los ricos y famosos, hasta barrios donde se perciben claramente graves problemas sociales.
De cualquier forma, esa fama sigue perdurando y son muchos los que llegan a esta gran metrópoli (es la segunda ciudad más grande de Estados Unidos) buscando encontrar a su estrella favorita o, todo lo más, recorrer aquellos lugares por donde han vivido o pasado.
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