Un paseo por los bosques del Moncayo

La majestuosidad del Moncayo invita, sin duda, a la contemplación, los paseos y el montañismo. Una red de más de 300 kilómetros de caminos balizados facilita el máximo disfrute a aquellos que decidan acariciar con sus pies los suelos y ambiente naturales de una montaña que ya en el año 1927 se declararía, por Real Orden, Sitio Natural de Interés Nacional. Hoy, su vertiente aragonesa o Norte es un parque natural donde los bosques pueden ser el mayor atractivo para el excursionista que quiera caminar por el corazón del Moncayo, voluminoso monte que ha seducido a artistas, poetas y escritores, como Antonio Machado o Gustavo Adolfo Bécquer, entre otros.

Escuela de botánica
Dominante sobre la depresión del Ebro y la meseta de Castilla, es frecuente ver en la distancia esa redondeada cima nevada de 2.315 metros de altura. En sus faldas y laderas medias coexiste una rica diversidad de bosques, ambientes naturales y fauna y flora. La altitud —de 500 a más de 2.300 metros— y la orientación de las laderas propicia que el Moncayo sea una escuela de Naturaleza en la que poder contemplar y comprender los diversos pisos de vegetación, escalonados en la ladera de forma ordenada. Mientras en los basales predominan formaciones mediterráneas de coscoja y de encina —propios del Sur y centro de España—, en las cumbres es posible encontrar vestigios botánicos de la rala vegetación circumpolar o boreal.

Campamento juvenil
No muy lejos del Centro de Interpretación de Agramonte, en la carretera que procede de la localidad de Vera de Moncayo y el monasterio de Veruela, aparece el desvío al pueblo de Lituénigo y, al otro lado del asfalto, una pista de tierra que lleva hasta el lugar conocido como Campamento Juvenil, propiedad de la Diputación General de Aragón.