San Juan de Gaztelugatxe

A tres kilómetros de Bermeo, por la carretera de la costa en dirección a Bakio, una pista a la derecha conduce sin dificultades hasta ese profundo saliente de la costa que recorta el horizonte. Estamos en el cabo de Matxitxako, el punto exacto en el que el monte Sollube se rinde por fin al mar.

El faro nuevo y el antiguo comparten el mismo lugar. Hacia el oriente se observa el espectáculo de la isla de Izaro y, al fondo, la mole poderosa del cabo de Ogóño, que guarda el otro extremo de la desembocadura de la ría de Urdaibai. Hacia poniente, tras el islote de Aketxe, se distingue un istmo diminuto coronado por una pequeña construcción. Es San Juan de Gaztelugatxe, la ermita más marinera de cuantas se asoman al Cantábrico. Un paraje único que atrae como un imán.