Los más de 40 kilómetros de costa son otros de los atractivos con los que cuenta la isla. Si se decide a pasar una jornada playera, le recomendamos que alquile un Kurtaxe, un sillón de mimbre techado muy habitual en las playas de la isla, donde podrá relajarse mientras disfruta del mar.
Los amantes del deporte también se sentirán a gusto en Sylt. Y es que acoge cada año la Copa Mundial de Surf, además de disponer de cuatro campos de golf. Los que prefieran el senderismo o montar en bicicleta también están de enhorabuena, ya que la isla cuenta con diferentes recorridos especialmente preparados para ellos y que les permitirán descubrir su enorme riqueza natural.
No en vano, casi la mitad del territorio de Sylt está considerado parque natural. Una de las zonas más llamativas es la denominada Wattenmeer ( literalmente, zona de aguas bajas) y que es uno de los mejores lugares de estudio de lodos marinos de toda Europa. Otro lugar que bien merece una visita es la duna de Uwe, en Kapem, el punto más alto de Sylt desde el que en los días soleados se pueden ver las islas vecinas.
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