Desde su nacimiento en el ibón de Astún o de las Truchas, el río Aragón riega una región que, desde hace siglos, fue territorio de conquista, paso de peregrinos en el Camino de Santiago y vía principal de comunicaciones entre Francia y España. Arte, gastronomía y paisajes naturales nutren este valle que ocupa el corazón del Pirineo oscense, un fértil y amplio espacio decorado con grandes bosques de coníferas y elevados circos de piedra. Próxima al puerto de Somport y en la orilla izquierda del río, la estación de Astún es uno de los reclamos turísticos del valle del Aragón. Al contrario que la vecina Candanchú, a la que ha estado siempre muy unida, pasa por ser la más reciente de las estaciones de esquí aragonesas. Nació en 1976 y su juventud no la ha privado de convertirse en un centro turístico de primer orden en los deportes de invierno, como lo avala la certificación Q de Calidad Turística.
La estación ocupa un circo montañoso de origen glaciar coronado por el pico de La Raca (2.300 metros), desde el que se dominan las cumbres del Midi d’Ossau, el Balaitus y el macizo de Aspe, y que permite largos descensos y un esquí abierto, ideal también para la práctica del snowboard, deporte consolidado con la construcción de un snow park y un half pipe.
|