A cualquier gestor turístico le gustaría tener bajo su responsabilidad el tramo del valle de la Dordoña, comprendido entre Beynac-et-Cazenac y Montfort. En los poco más de ocho kilómetros en línea recta entre estos dos lugares se da tal concentración de enclaves y monumentos de alto valor histórico y cultural, que hay que verlo para creerlo. Con todos estos recursos, no es de extrañar que esta pequeña zona, que destila belleza, tranquilidad y encanto por sus cuatro costados, sea desde hace muchas décadas uno de los destinos con mayor aceptación entre los viajeros más exigentes.
De vez en cuando, las márgenes del valle de la Dordoña ven interrumpido su suave y humanizado paisaje con la aparición de unos espectaculares acantilados rocosos que se alzan desde el mismo borde del agua. Precisamente en uno de estos espigones calcáreos, rodeado de oscuros bosques de robles, se descubre Beynac-et-Cazenac, el lugar donde se inicia esta ruta. Este pueblo, considerado uno de los más bellos de Francia, está literalmente colgado de las rocas y luce una singular silueta rematada por un legendario castillo medieval que fue muy disputado entre ingleses y franceses durante la Guerra de los Cien Años.
Aunque el primer vistazo haga pensar que subir hasta lo alto del pueblo constituye una temeridad, hay que echarle valor, ya que el esfuerzo se verá recompensado. La zigzagueante y estrecha calle empedrada asciende en empinadas rampas que de vez en cuando desembocan en unos privilegiados miradores sobre buena parte del valle por donde discurre el Dordoña. Después de varias rampas, algunas escaleras y un antiguo arco fortificado se alcanza la entrada del castillo. Merece la pena salvar su puente levadizo para penetrar en un cuidado interior, que comenzó a levantarse en el siglo XIII. En la visita destacan los frescos góticos del oratorio, la cocina y, sobre todo, las vistas que se disfrutan desde el torreón meridional. Además de los amplios meandros del río, es fácil distinguir la silueta de la bastida de Domme y los atractivos perfiles de los castillos de Marqueyssac, Fayrac, Castelnaud y Montfort.
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