Una escapada romántica 'a la escocesa'

Debido a que los matrimonios se celebraban en secreto, se eligió un lugar tan discreto como la herrería de Gretna Green, un edificio del siglo XVIII, situado en el centro del pueblo, que aún conserva todo su encanto. Una de las cosas más curiosas es que para la ceremonia se utilizaba un yunque a modo de altar, un elemento que con el paso del tiempo se ha convertido en un símbolo de la localidad.

Han pasado muchos siglos, pero en la actualidad se celebran unas 4.000 bodas al año, lo que viene a representar casi un 13% de las ceremonias que se celebran en Escocia.
Pero, además de darse una vuelta por esta curiosa localidad escocesa, merece la pena realizar alguna excursión por los alrededores. Lo ideal es alquilar un coche para moverse con total libertad. Ciudades como Dumfries, donde se encuentra la casa del poeta Robert Burns (uno de los escritores más célebres de Escocia), el Castillo de Douglas o, ya en la costa, las salvajes playas de Ayr le permitirán conocer a fondo los atractivos turísticos escoceses.