Ni todas las islas griegas están en el Egeo, ni tienen fachadas blancas con cúpulas azules. Corfú, situada en el mar Jónico, rompe con esos estereotipos y te descubrirá una isla bellísima, muy verde, plagada de pinos y olivos, con playas de arena blanca, aguas cristalinas y ciudades rebosantes de historia y leyendas mitológicas.
PASEANDO POR LAS 'CANTOUNIAS'
Para conocer la isla, lo mejor es empezar por su capital, Corfú o Kérkira, en la costa este. Sus calles estrechas y cubiertas de mármol (las cantounias), las fachadas de colores pastel con las típicas ventanas venecianas (contraventanas de lamas de madera), palacios, fortalezas, plazas e iglesias nos hablan de las influencias de un rico pasado escrito por bizantinos, venecianos, franceses y británicos que gobernaron Corfú. Hasta el siglo XIX, las islas Jónicas no se unieron con el resto de Grecia.
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Hay que recorrer, sin prisas, su casco antiguo, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, donde se mezclan viviendas, pequeñas capillas, tabernas y comercios de artesanía que atraen la mirada de los visitantes, en especial los de joyas labradas en oro y piezas de decoración y los puestos que ofrecen productos locales, como licores de kumquat (un tipo de mandarina enana) y limón, miel salvaje, esponjas naturales o delicados dulces.
LA PLAZA DE SPIANADA
La plaza más bella (y más grandiosa) es la de Spianada, un punto de referencia para los turistas y los corfiotas, con sus pórticos inspirados en la Rue de Rivoli de París y la calle peatonal Liston que sale de la parte norte, un lugar idílico para pasear, tomar un café, admirar su arquitectura, disfrutar de música en directo durante el verano y hasta partidos de críquet.
En la plaza del Ayuntamiento se encuentran la catedral católica de Santiago Apóstol (Agios Iakovos) pero la iglesia más importante de Corfú es la dedicada a su patrón, Spiridone, con su inconfundible campanario, frescos pintados en el techo y el sarcófago de plata del santo. Si hay tiempo, la visita al Museo Arqueológico resulta de lo más interesante porque conserva, entre otras joyas, el frontón oeste del Templo de Artemisa.
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UNA CIUDAD CON DOS FORTALEZAS
Al fondo se alza la Fortaleza Vieja, del siglo XVI (Palaio Frourio), sobre un espolón de roca proyectado sobre el mar. Fue construida por los venecianos, tiene las mejores vistas de la ciudad y alberga una colección de arte bizantino, la iglesia de San Jorge y un faro panorámico (mejor visitarlo a primera hora o a última de la tarde para evitar aglomeraciones en verano). En la entrada de la Fortaleza Nueva, también de época veneciana, verás la figura de un león de la Serenisima, y en su interior se encuentra un museo de cerámica. En el puerto hay una taberna donde puedes probar cocina griega: tzatziki, ensalada griega y musaka, mejillones y ricas hamburguesas.
El Palacio de San Miguel y San Jorge fue sede de la Orden, mansión del gobernador británico y residencia de verano de la Familia Real Griega. Actualmente acoge el Museo de Arte Asiático. A sus pies hay varias terrazas donde tomar un cóctel o un Aperol con vistas al fuerte iluminado.
EL REFUGIO DE VERANO DE SISSI
Quien también veraneaba en Corfú fue la famosa emperatriz de Austria y reina de Hungría, Sissi, que mandó construir el Palacio de Achilleion (Aquiles), a unos 10 kilómetros hacia el sur de Corfú. Hay visitas guiadas que muestran su flamante interior y las impresionantes esculturas de Zeus, Hera y la de Aquiles que preside la entrada.
UN MONASTERIO DE POSTAL
A unos cuatro kilómetros al sur de la ciudad, muy cerca de la pista de aterrizaje del aeropuerto de la isla (los aviones pasan muy cerca de nuestras cabezas) se ubica uno de los lugares más fotografiados de la isla: el pequeño monasterio de Vlacherna, un templo blanco del siglo XVIII que flota en la isla de Pontikonisi (isla Ratón). Se puede acceder en lancha (unos 3€ ida y vuelta) y también atravesando el puente. La iglesia está dedica al pantócrator y la mitología cuenta que aquí fue la penúltima parada de Ulises antes de llegar a casa y lugar donde encontró a la princesa Nausícaa, quien le condujo al palacio donde el rey de los feacios, tras escuchar la historia del héroe homérico, le agasajó con regalos y le ofreció un navío para poder reemprender su viaje de vuelta a Ítaca. Sin duda, este es un lugar ideal para ver el atardecer en nuestro primer día en Corfú.
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KALAMI, EL PUEBLO DE LOS DURRELL
Corfú está muy unida a la familia Durrell que vivió en varias casas de la isla. Lawrence Durrell situó en la isla uno de sus libros de la trilogía dedicada al Mediterráneo y su hermano, Gerard Durrell, el autor de Mi familia y otros animales, describió su idílica infancia en la isla griega y ahora muchos seguidores del libro y la serie de televisión llegan en busca de los escenarios reales. En Kalami, al norte de la isla, hay señales que nos dirigen hasta la Casa Blanca, una de las que habitó la familia (junto a la Casa Rosa y la villa amarilla Daffodil) y a la que volvió Gerard para escribir sus memorias. Hoy cuenta con una taberna con terraza al borde del mar, decorada con fotos de la familia y zona de tienda con merchandising de los Durrell y sus libros. La playa de agua cristalina semicerrada es perfecta para llegar en barco o velero y pasar allí el día.
CENAS GRIEGAS EN KASSIOPI
Kassiopi (a unos 30 km de la capital) es uno de esos pueblecitos de pescadores con encanto y preciosas calas de aguas turquesas. El pueblo merece una visita, con los restos de uno de los tres castillos que llegó a tener la villa, pero además de sus paisajes e historia, uno de sus grandes atractivos es la oferta gastronómica, con una gran variedad de tabernas alrededor del puerto donde los pescadores amarran sus barcas. En muchas suena la música del sirtaki, el típico baile griego, y atento porque la cena puede terminar con la tradición de romper los platos, como símbolo de alegría.
Te damos alguna recomendación para comer o cenar en Kassiopi. En la Taberna Janis tienes que pedir la famosa salsa tzaziki, los mejillones al vapor, las gambas con salsa de tomate y queso feta, y el postre de limón. Imerolia Restaurante es otra buena opción, con una gran oferta de marisco y pescado del día al grill.
UNA RUTA FASCINANTE POR LA COSTA
Siguiendo la costa norte llegamos a Sidari, donde se encuentra el famoso Canal del Amor. Está rodeado de extrañas formaciones de arenisca que crean un largo y estrecho canal hacia el interior. Los lugareños cuentan que las parejas que nadan juntas hasta el final del canal estarán unidas para siempre. Otra leyenda dice que al final del canal, el gran amor está esperando al nadador. Elige la opción que más te convenga y atraviesa el canal.
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Llegamos ahora al Cabo Dastris, una original formación rocosa de piedra blanca, rodeada de impresionantes acantilados de más de 300m. Las vistas son realmente sobrecogedoras.
Avanzamos hacia el oeste para encontrar una de las fotos icónicas de Corfú, en el camino que te lleva a las playas de Porto Timoni y Agios Georgios. Estas bahías gemelas han sido durante siglos un refugio para navegantes. Se accede a pie desde Afionas (¡no vayas en chanclas!), y desde lo alto se puede apreciar la «H» que forman ambas playas. Aunque no está señalizado... no hay pérdida, verás a mucha gente haciendo cola para tomar esa foto. En el mirador hay varios bancos situados estratégicamente para sentarte y capturar la mejor imagen de este precioso paisaje.
La siguiente parada será en Paleokastritsa, en el centro de la costa oeste. Aquí el mar se torna color esmeralda. Sidari es un precioso pueblo situado en una bahía con tres playas que se abren formando un trébol. Las montañas se precipitan al mar de forma vertiginosa tapizadas de bosque mediterráneo, en color verde oscuro. La playa principal se llama Agios Spiridon y es muy recomendable subir al monasterio Theotokouque hay junto a ella, especialmente por la vista panorámica. En el lado opuesto hay otra pequeña playa muy bonita, Agios Petros.
PAXOS Y ANTIPAXOS
Para emular al mismísimo Ulises, puedes hacer una excursión en barco de un día completo a Paxos y Antipaxos. Dos islas al sur de Corfú que son dos joyas del Jónico. Además, podrás visitar a las Cuevas Azules y nadar en la playa de Voutoumi. También hay tiempo para explorar el pintoresco pueblo de Gaios, probar su cocina bajo la parra de alguna taberna y enamorarte para siempre de preciosa bahía de Lakka donde creerás haber llegado al paraíso.
GUÍA PRÁCTICA
- Cómo llegar: hay vuelos directos, desde Madrid y Barcelona, con Iberia.
- Alojamiento: la oferta de hoteles vacaciones junto a la playa es muy amplia, también de apartamentos y casas de alquiler completo. Para una escapada 'solo adultos', el hotel Domes Miramare, a Luxury Collection Resort de Marriot (en la imagen), es perfecto. El mar frente a tus ojos, deliciosa cocina local en el restaurante 1962 By The Sea, cócteles en el Raw Bar y para los amantes del café, el auténtico ritual de preparación de café griego en arena caliente, para embriagarte del aroma del ellinikos kafes.