No cabe duda que la pandemia ha marcado un antes y un después dentro del mundo de los viajes. El deseo de viajar y, sobre todo, de vivir experiencias se ha convertido en uno de los mantras de nuestro tiempo. Solamente hay que ver las cifras que manejan los distintos organismos gubernamentales para constatar que el turismo se ha convertido en una auténtica palanca de crecimiento para muchos países, y el caso español es un buen ejemplo.
Esto a nivel general, pero si miramos hacia el turismo de lujo hay un hecho cierto: es un mercado que no para de crecer, y muy especialmente el alquiler de embarcaciones de lujo. Los motivos de este hecho son muy variados y se entremezclan:
- Ha habido un aumento significativo del número de ricos en el mundo, muy especialmente en regiones emergentes como Asia-Pacífico
- Estas personas con alto poder adquisitivo buscan experiencias únicas y personalizadas
- Tienen un importante impacto económico, porque el alquiler de barcos de lujo ayuda a impulsar las economías locales (empleo, desarrollo de infraestructuras, celebración de eventos deportivos…)
- El atractivo de regiones como el Mediterráneo, el Caribe y partes de Asia-Pacífico han experimentado un aumento de este tipo de turismo por las políticas de apoyo de los gobiernos y, por supuesto, por la riqueza paisajística, natural y cultural que albergan.
Una vez situados en contexto vamos a ver qué tendencias emergentes hay en el turismo náutico de lujo y, sobre todo, vamos a conocer cómo son los barcos que alquilan los millonarios y qué experiencias se pueden vivir a bordo. Para ello hemos contado con la ayuda de Roberto Córdoba, un madrileño enamorado del mar y afincado en Mallorca desde hace años que es CEO de Yanpy, una empresa especializada en organizar viajes en embarcaciones de lujo. ¿Comenzamos nuestra travesía?
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La goleta, un hotel boutique en medio del mar
¿Pero qué barcos son los que más se demandan? Según Roberto Córdoba, las embarcaciones más solicitadas y que responden al concepto de máximo lujo son fundamentalmente dos, por un lado, las goletas y, por otro, los yates a motor. En ambos casos las embarcaciones se alquilan con capitán y tripulación (no es el caso, por ejemplo, de los catamaranes y los veleros, que pueden alquilarse sin ellos).
Aunque históricamente los más populares son los catamaranes y los yates a motor, en los últimos años las goletas han experimentado un crecimiento muy importante. Son barcos de madera destinados tradicionalmente a la pesca pero que, actualmente, han sido remodelados con unos preciosos interiores y ofrecen una comodidad y un servicio exclusivo.
Según Roberto Córdoba, este tipo de embarcaciones suelen disponer de una tripulación mínima de tres o cuatro personas, aunque la cantidad de personal puede ser mayor. Por regla general, cuentan con el capitán, el responsable de conducir el barco, un chef profesional que se ocupa de todo lo relativo a la gastronomía y de ofrecer una cocina de alto nivel y, por último, un marinero y una azafata, que se encargan de dar servicio a los clientes.
Estos barcos cuentan con una cubierta espaciosa con áreas para tomar el sol, relajarse o cenar al aire libre. Las áreas comunes suelen incluir salones interiores y exteriores, áreas de comedor y, a menudo, equipamiento para deportes acuáticos como kayaks, equipos de snorkel y esquís acuáticos.
Los interiores de las goletas mantienen un estilo tradicional y elegante que refleja su herencia marítima, con detalles en madera pulida y acabados artesanales, pero también con toques modernos y lujosos para ofrecer una mezcla perfecta entre tradición y confort contemporáneo.
Aunque tradicionalmente son embarcaciones a vela, las goletas modernas están equipadas con motores potentes, permitiendo combinar la navegación a vela con la motorizada para mayor flexibilidad.
En Indonesia, un mercado emergente, existen lo que se llama pinisi y vendrían a ser "el equivalente asiático a las goletas, son barcos también de madera y tienen un concepto prácticamente idéntico", afirma Roberto Córdoba.
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Un hotel de cinco estrellas en medio del mar
Esta es la mejor definición para una embarcación como el Dream, que tiene su base en Grecia, y cuyo alquiler alcanza la cifra de dos millones de euros a la semana, en temporada baja, porque en temporada alta el precio sube a doscientos mil euros más. Con sus 106,5 metros de eslora y 15,8 metros de manga (es decir, de anchura) puede alojar a 36 invitados en sus 20 cabinas, y ello sin contar a las 32 personas que conforman su tripulación.
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"Es el hotel más lujoso que se te ocurra en medio del mar, con el aliciente, con respecto al hotel, de que el hotel siempre está ubicado en un mismo sitio, mientras que el barco te lleva cada día a un sitio distinto", nos cuenta Roberto Córdoba. Generalmente, este tipo de barcos suelen tener un punto base, por ejemplo Grecia, como en el caso del Dream.
Sin embargo, "en este nivel de demanda, el barco se lleva a donde solicite el cliente. Es decir, si el cliente quiere el barco en la costa Amalfitana, el barco se traslada hasta allí. Es un viaje, normalmente de una semana, durante el que cuentas con absolutamente todos los lujos, incluido, por ejemplo a nivel gastronómico, experiencias de estrella Michelin", continua explicando.
"Un barco de este tipo ofrece prácticamente lo que se te ocurra a nivel de experiencia. Por ejemplo, estos barcos pueden llevar un helicóptero para poder ir a ver un concierto en una ciudad que no está cerca, y el helicóptero puede llevarte al destino y luego traerte de vuelta al barco. Evidentemente, tienes la tripulación a tu disposición para ayudarte a organizar cualquier evento. Si no quieres comer en el barco, puedes comer o cenar en los mejores restaurantes", detalla el CEO de Yanpi.
¿Qué otras cosas puede incluir? Pues, aparte de piscina, para quien no quiera bañarse en el mar, este tipo de barcos "incluye pistas de baloncesto, de voleibol, incluye sala de cine, salas de masaje, hammam, sauna. Es decir, todo lo que se te ocurra desde el punto de vista del bienestar...
Y, por supuesto, todo tipo de juguetes acuáticos: motos acuáticas o lanchas de 12 metros de eslora, que es la que alquilaría normalmente otro cliente para reservar una semana en algún sitio, y en este caso es la lancha auxiliar que trae el barco. Gracias a ello, puedes desplazarte desde donde el barco esté fondeado hacia playas o para ir a comer a un restaurante, y luego recogerte", enumera Roberto Córdoba.
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¿Cuáles son los destinos más populares?
Las opciones son tremendamente variadas pero, según nos comenta Roberto Córdoba, entre los principales destinos destaca el Mediterráneo, es decir, la costa de Croacia, Grecia, Italia, España (fundamentalmente Baleares), el sur de Francia y la Riviera turca.
Y es que la costa mediterránea es ciertamente atractiva, no solo por las espectaculares calas de aguas prístinas en las que se puede fondear, sino también por los atractivos históricos y culturales que atesoran sus ciudades y pueblos pintorescos. "Es decir, no solo te subes al barco y te bañas, sino que la experiencia se completa con un montón de actividades lo que, al final, contribuye a disfrutar de una semana de vacaciones muy especial".
Además del Mediterráneo, otro de los destinos más solicitados para recorrer en estas lujosas embarcaciones es el Caribe (Bahamas, Islas Vírgenes...), y la oferta se completa con otros destinos un tanto más exóticos como pueden ser, por ejemplo, en el Índico Seychelles o Maldivas o, incluso, el sudeste asiático, con Tailandia o Indonesia como principales lugares.
Todas las rutas pueden ser personalizadas para satisfacer todas las preferencias
En este tipo de cruceros todos los itinerarios son personalizables. Cada país, cada destino concreto, según nos cuenta Roberto Córdoba, tienen itinerarios que ya están más o menos diseñados, "pero por supuesto, la gracia de esto es partir de una base y el cliente, si está navegando, por ejemplo, por las islas griegas puede elegir visitar una u otra isla en función de sus preferencias. Aquí entra en juego el dinamismo del servicio, se habla con el capitán, quien intenta satisfacer siempre al cliente y, por tanto, se personaliza el viaje, adaptándolo a los gustos y preferencias de los viajeros".
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Las responsabilidades del capitán durante el alquiler
El capitán, básicamente, es como el director de orquesta en un barco. "Es la máxima autoridad. Y su responsabilidad consiste en, además de tripular el barco, satisfacer en la medida de lo posible al cliente, pero siempre salvaguardando su seguridad. Él se encarga de escuchar al cliente y diseñar un itinerario con él. Sugerir, porque los capitanes, al final, son los que están en el terreno de juego, digamos. Ellos tienen mucha experiencia sobre a dónde ir, sobre dónde pasar la noche para que no haya olas y el cliente esté resguardado y pueda dormir cómodamente", comenta Roberto Córdoba.
Una tripulación que va creciendo en función de las preferencias y gustos de los viajeros
"Y luego, más allá de capitán, está como segunda figura más importante, el chef del barco, que se encarga de dar placeres gastronómicos a los clientes. Su función consiste también en escuchar las preferencias de los clientes desde el punto de vista gastronómico. Normalmente los clientes antes de realizar un viaje de estos suelen rellenar un formulario para saber cuáles son sus preferencias a nivel culinario: si les gusta la cocina italiana, mexicana, o si les gusta el picante o no, si tienen algún tipo de alergias, si les gusta la carne, el pescado, los vinos...
Con ello se configura el viaje y se le envía al chef y él, partiendo de los gustos de los viajeros, hace su magia y elabora un menú de acuerdo a las preferencias del cliente. Además de elaborar los menús, también se encarga de la compra de todas las provisiones, ya sea antes, para preparar el viaje, o incluso, durante el viaje. Hay muchas veces que van a destinos y saben que en tal lugar hay pescadores a los que se les puede comprar un pescado fresco el día que van a pasar por allí. El chef es el que se encarga de bajar del barco e ir a comprar el pescado fresco al pescador y traerlo para comerlo al mediodía.
Y por lo que respecta a resto de roles dentro del barco hay que citar al resto del personal, como azafatas o marineros que se ocupan, además de atender a los clientes, de mantener el barco impoluto.
Lo habitual, es que la tripulación la componga un equipo de entre tres o cuatro personas, como te comentaba anteriormente: capitán, chef o azafata y marinero. A medida que vas subiendo el nivel y el poder adquisitivo, empiezas a sumar personas de servicio. Si el barco dispone de sala de masajes, se incorpora un masajista; si vas a hacer un crucero por las Galápagos, también se puede incorporar un guía naturalista que se encarga de llevarte por las islas y de explicarte absolutamente todo. O si vas a hacer una travesía por las en Maldivas o en Indonesia, pues se puede añadir al personal un instructor de buceo. De manera que se puede ir añadiendo personal en función del servicio que solicite el cliente", nos detalla Roberto Córdoba.
Pero... ¿cómo se manejan situaciones imprevistas, como un cambio meteorológico o un problema técnico?
La respuesta a esta pregunta, el CEO de Yanpi lo tiene muy claro: "básicamente con adaptación. Esto cuesta, a veces, hacérselo entender al cliente porque no son cruceros al uso, es decir, el típico crucero que conocemos de 5000 personas a bordo, que es un 'mastodonte' que va contra viento y marea. En caso de problemas debidos a la meteorología o a una avería técnica la figura del capitán es crucial. Es él quien tiene en cuenta la previsión climática y en base a ello diseña un itinerario preliminar. Pero, al final, estos itinerarios están 'vivos' y ante un imprevisto es el capitán quien ofrece sugerencias y recomendaciones para hacer la navegación más agradable y cómoda".
Por otro lado, tal y como afirma Roberto Córdoba, ninguno de estos barcos está exento de sufrir una avería "porque un barco no deja de ser una máquina. A determinados niveles, los barcos más lujosos, como el Dream, suelen llevar un ingeniero experto en motores y en electrónica para solventar cualquier contratiempo mecánico. No obstante, nuestra compañía trabaja con empresas chárter que disponen de la infraestructura y de profesionales cualificados para este tipo de imprevistos. Puede ocurrir que el barco averiado tenga que estar unas horas parado en un sitio, pero enseguida se manda a un mecánico para que revise el barco o se manda la pieza que sea necesaria".
¿Cuál es el proceso de reserva y con cuánta antelación se recomienda?
Si hablamos de barcos de alquiler de superlujo, de barcos que, además, según Roberto Córdoba, tienen ya, por así decirlo, 'un nombre propio', se realiza con bastante tiempo de antelación: "recibimos reservas de un año para otro porque estos barcos tienen una demanda brutal y al final se reservan con más de un año de antelación. Si bajamos un poquito el nivel y dejamos al margen los superbarcos, lo normal es hacer la reserva, como mínimo, con seis meses de antelación. El invierno es, por así decirlo, nuestra temporada alta, incluso antes de las Navidades. Son reservas que se realizan para disfrutar en verano de las embarcaciones".
¿Quiénes son los clientes típicos y cuáles son sus expectativas?
Según el CEO de Yanpi, normalmente, suelen ser grupos de familia, aunque también se da el caso de grupos de amigos: "y también un mix de ambos, es decir, familias que son amigos. Por ejemplo, se da muchas veces el caso de que se alquila un barco con una capacidad para 12 viajeros y lo alquilan tres familias compuestas por cuatro personas cada una. Esto ayuda un poco a costear el importe del alquiler porque el precio se divide entre varias familias. ¿Y cuales son sus expectativas? Pues, fundamentalmente, pasar una semana de relax, durante la que no tengan que preocuparse de nada y donde la tripulación les atienda en todo lo que puedan necesitar. Su única preocupación es estar relajados en el barco durante el día, bañarse, hacer alguna actividad acuática y, normalmente, por la tarde bajar del barco y cenar en algún restaurante bonito. O visitar alguna ciudad o pueblo histórico. De lo que se trata es de pasar unos días compartiendo en familia".