La bandera de Europa ondea en la torre del homenaje del castillo más antiguo de España. Es el privilegio que solo comparten los castillos que han cumplido más de un milenio de existencia. Y este, a pesar de su antigüedad, es de los mejor conservados. La provincia de Jaén posee el mayor número de fortalezas de nuestro país, pero, sin duda, la que domina el pueblo de Baños de la Encina está entre las más espectaculares.
Contemplándola desde la distancia camino de Bailén, de la que queda a solo 15 minutos, la fortaleza califal de Bury Al-Hamma –traducido como castillo de Baños– es como un gran barco varado en la montaña. Desde sus almenas, apenas heridas por el paso de los siglos, se divisan los campos olivareros del alto Guadalquivir, los cerros de Sierra Morena y el embalse del Rumblar, que queda a sus pies.
Cuesta creer que el aspecto de esta construcción de adobe protegida por una robusta muralla de color pardo y arenoso que identifica a toda fortaleza árabe nada tuviera que ver con el que tuviera cuando se levantó en el siglo X sobre el pequeño cerro del Cueto. Entonces era blanca como la leche. Los alarifes cubrieron murallas y torreones con cal viva, dibujando sobre ella motivos vegetales y geométricos. Cuentan las crónicas que los arquitectos de la época no se complicaron la vida a la hora de construirlo y mandaron levantar la fortaleza con tabiyya, una extraña mezcla de arcilla, arena, cal y piedras de río. Materiales aparentemente endebles que, sin embargo, han conseguido que, más de mil años después, siga en pie. Todo un milagro. Se cumplieron en 1968 y el pueblo lo celebró con mil velas.
Los 15 castillos más bonitos de España que nos transportan a la Edad Media
La visita al castillo de Baños de la Encina se hace guiada (4,50 €) y dura unos 45 minutos (reservas@lanencinaturismo.com o en el teléfono 626 81 84 46). La puerta principal mira al sur y da acceso al patio de armas, que sirvió para todo, desde cuartel militar a cementerio. Dentro de sus muros se ven restos de diferentes épocas: capiteles, zonas de caballerizas, aljibes árabes, aposentos, molinos de trigo... A la izquierda se abre una de las 14 torres rectangulares del castillo, las que mandó levantar el califa Alhakam II allá por el año 968, el mismo que gobernaba la ciudad de Córdoba y era conocido por su gusto estético y su amor a las letras.
La fortaleza de Bury Al-Hamma fue testigo de incontables batallas, compitiendo en poderío militar con la de Gormaz, en tierras del Duero, y pasaría con Fernando III el Santo a manos cristianas en 1225, el rey del que dice la tradición que nació entre estos muros. De esta época data el alcazarejo, que mira hacia el caserío medieval de Baños de la Encina, su torre cilíndrica desmochada y la torre del homenaje, a la que se accede por unas escaleras de piedra irregulares. En primavera y verano, el castillo se anima aún más, pues se organizan actividades, desde rutas teatralizadas a conciertos de música andalusí o veladas flamencas.
QUÉ VER EN EL PUEBLO DE BAÑOS DE LA ENCINA
Después de conocer el castillo de Baños de la Encina hay que pasear por las intrincadas calles de este encantador pueblo de Jaén situado a sus pies y ver sus joyas monumentales, empezando por la plaza de la Constitució, el mejor resumen de los poderes que hace siglos gobernaron la ciudadela. En torno a ella, palacios señoriales, la iglesia de San Mateo, un molino del siglo XVIII y más alejada la ermita de Jesús del Llano, con un magnífico camarín barroco.