A unos les sonará su nombre por el exquisito jamón ibérico que se cría en estas dehesas en pleno corazón de Sierra Morena, a otros porque este privilegiado espacio natural de Córdoba es uno de los mejores lugares del planeta para la observación del firmamento, declarado Reserva Starlight, pero son muchos los que cada tarde oyen hablar de él cuando ven La Promesa, la exitosa serie de televisión que tiene enganchados a más de un millón de espectadores. Y es que en el valle de los Pedroches están ambientadas las tramas de la familia de los marqueses de Luján, uno de los mayores terratenientes del país en 1913 y protagonista de este Downtown Abbey a la española, aunque en realidad no se hayan rodado en él sino el Palacio del Rincón de Aldea del Fresno, el que fuera residencia del marqués de Griñón y hoy de Tamara Falcó. Es momento de descubrir lo que esconde la comarca más al norte de Andalucía.
Pedroche es la localidad que da nombre a todo el valle y es conocida como la capital de las Siete Villas. La A-420 es la columna vertebral que enlaza los 17 pueblos que forman la comarca. Conduciendo por ella, la vista se pierde en el horizonte de suaves colinas de la mayor dehesa de Europa. Kilómetros y kilómetros de encinar, principalmente, pero también alcornoques y quejigos, donde se cría el cerdo ibérico en libertad –también ovejas merinas y vacas retinta–, lo que da como fruto un jamón con denominación de origen con un sabor y una textura inigualable. En los meses invernales, el campo es un festín de bellotas para estos animales que nacen, se crían, se sacrifican y se curan en territorio cordobés.
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Pero hay que bajarse del coche para visitar alguna de las dehesas y secaderos de jamones de los Pedroches y conocer paso a paso todo el proceso, desde ver cómo se alimentan los animales a la curación y selección de las piezas antes de acabar degustándolo. Jamivi (jamondecordoba.es), en Villanueva de Córdoba, o BelloTerra (belloterra.es), en Añora son algunas de las que ofrecen esta actividad.
LOS MEJORES LUGARES PARA OBSERVAR LAS ESTRELLAS
La noche es de una oscuridad abrumadora en los Pedroches y, además, durante el 60 por ciento del año el cielo en este entorno está despejado. También ayuda su posición geográfica, pues al ser la zona de Europa más próxima a la línea del ecuador, es posible observar una mayor extensión del universo. En Villanueva del Duque existe un observatorio astronómico con telescopio fijo y todos los municipios de la comarca han creado miradores estelares en su entorno, como el de las ruinas del castillo de Miramontes en Santa Eufemia o la ermita de la Virgen de las Veredas en Torrecampo. Pero para aprenderlo todo sobre las estrellas y los astros, empresas como Villaduke Esaventura (villadukeesaventura.es) y AstroÁndalus (astroandalus.com) organizan actividades al caer la noche.
LA PATRONA DE LOS ASTRONAUTAS
Pozoblanco y Villanueva de Córdoba están unidos para siempre con la NASA. Todo empezó porque uno de los responsables de la cofradía de la Virgen de la Luna, aprovechó el nombre de la patrona de estos pueblos, cuya ermita comparten en la dehesa de la Jara, para hacerles llegar una estampita a los astronautas del Apollo 11. Estos agradecieron la protección de la Virgen y quien sabe si algún día, cuando se retomen los viajes lunares, se convierta en su patrona de verdad.
LOS DOS ‘FAROS’ DE LOS PEDROCHES
Enclavado en un cerro desde el que se contempla todo el entorno, el castillo de los Sotomayor y Zúñiga de Belalcázar presume de tener la torre del homenaje más alta de España, con 47 metros de altura, y lujosamente ornamentada. También de una excelente cantería de granito, cuadrada, con altos muros y ocho torres y de una muralla alrededor. La visita al interior de esta construcción gótico-militar descubre su amplio patio de armas, su aljibe, las caballerizas y la mazmorra conservada en los subterráneos del castillo.
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El otro faro que se eleva sobre las dehesas y pueblos de los Pedroches es el campanario de la iglesia gótica de San Juan Bautista de Hinojosa del Duque, que muchos llaman “la catedral de la sierra” por su grandiosidad y está hermanada con la mismísima basílica de San Juan de Letrán de Roma. En ella sobresale su portada plateresca, un bello artesonado mudéjar en la nave central y la torre. Los mismos condes de Sotomayor y Zúñiga que residieron en el castillo de Belalcázar contribuyeron a su embellecimiento. Como curiosidad, cuenta con sello papal.
EL CASTILLO DE MIRAMONTES
Una vieja fortaleza fronteriza de época andalusí, a cinco kilómetros de la localidad de Santa Eufemia, vigila la comarca de los Pedroches desde un escarpado risco de la sierra. El castillo está en ruinas, solo se mantiene en pie una imponente torre, pero da idea de la importancia que tuvo la zona desde época romana, y hoy es un excelente mirador sobre la llanura de los Pedroches. En el mismo pueblo, también sobresale el conjunto morisco-mudéjar de la iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación, con su campanario de ladrillo rojo.