Braga ya había ganado en 2021 el título de Destino Europeo del Año en el concurso European Best Destinations, ahora los World Travel Awards, considerados los Oscar del turismo, han otorgado a la ciudad portuguesa el título de 'Mejor destino emergente', superando a los otros nominados: Batumi, en Georgia; Ha Giang, Vietnam; Hobart, Australia; Medellín, Colombia; Melaka, Malasia; Okinawa, Japón; Valladolid, México y Huesca, en España.
La Navidad es una de las citas imprescindibles en Braga y desde este fin de semana, con la apertura del mercado navideño y el encendido de la iluminación, y hasta el 12 de enero, el programa Braga e Nátal propone un centenar de actividades –conciertos, teatro, circo, danza, cine o espectáculos callejeros– que llenarán de vida las calles de la Roma portuguesa y el espacio Altice Forum Braga, que acoge una pista de hielo y carruseles. Entre los actos más destacados de la programación sobresale el desfile de Navidad el próximo 10 de diciembre y el 16, en la plaza Municipal, será el día del Bolo gigante, que es algo parecido a nuestro roscón de Reyes.
Braga está sobrada de atractivos. A 50 minutos de Tui y a 45 de Oporto se la compara con la capital italiana, porque es antigua y moderna a la vez, tranquila y llena de vitalidad, religiosa y cultural. Ha llegado la hora de hacer un viaje en el tiempo sin moverse de ella.
BOM JESUS, PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD
Braga se empieza a descubrir desde las afueras, subiendo a la boscosa colina donde se sitúa el santuario de Bom Jesus, que la Unesco, uno de los monumentos más famosos de Portugal ha incluido en su lista del Patrimonio Mundial. Muchos lo hacen en coche, otros en funicular, pero, como buen peregrino, mejor aún hacerlo a pie en silencio para ascender por su icónica escalinata de granito e ir haciendo paradas en el camino en sus fuentes y capillitas, como buen peregrino. Las vistas desde el mirador, los tesoros artísticos del templo y el verde paisaje que lo envuelven invitan a tomarse la primera parada con calma.
UN PASEO POR EL CASCO HISTÓRICO
Con más de 2000 años de existencia, el centro histórico de Braga es uno de los más ricos de Europa y patear sus calles a rebosar de mansiones, palacios, fuentes e iglesias es como hacer un viaje por la historia que comienza en época romana, cuando esta ciudad hace siglos era Bracara Augusta, y se levantaron las termas de la Cividade. El viaje continúa en la época medieval al descubrir la Torre de Menagem y el Largo do Paço, y luego en la del Barroco, donde admirar toda la exuberancia de este estilo en monumentos como el palacio do Raio y la igreja dos Congregados, hasta llegar a la dinámica y bulliciosa ciudad cosmopolita que es hoy.
La rua do Souto divide en dos el casco antiguo, una transitada calle que tiene como centro la siempre animada plaza de la República. Desde ella se van descubriendo los monumentos más relevantes de Braga –el Palacio Episcopal, el Jardim de Santa Bárbara, la iglesia barroca de Santa Cruz, el hospital de San Marcos, el arco da Porta Nova…–, pero también sus tiendas de imaginería, sus pastelerías y cafés centenarios, como el Astória o el Vianna.
LA CATEDRAL MÁS ANTIGUA DE PORTUGAL
“Más vieja que la catedral de Braga” es una conocida expresión portuguesa, que recuerda la antigüedad de este templo que empezó a construirse a finales del siglo XI, aunque Portugal no existiera todavía como país. Un monumento que no solo soporta un peso de 900 años de historia, también un rico patrimonio artístico, entre el que destaca el museo que acoge el Tesoro, las capillas dos Fundadores y San Geraldo, el coro alto, los órganos barrocos y el pórtico gótico.
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EL MONASTERIO DE SAN MARTINHO DE TIBAES
El viaje en el tiempo por Braga continúa a 6 kilómetros de la ciudad, donde se encuentra este monasterio construido sobre la antigua villa romana de Tevilanis y fundado en el siglo VI. Si cruzar sus puertas es adentrarse en la vida cotidiana de los monjes benedictinos con el sonido de la música gregoriana de fondo, en las 40 hectáreas de jardines, bosques, huertos y capillas que lo rodean se despiertan los sentidos por el fluir de las aguas, por la frescura de los árboles seculares, el olor de los eucaliptos y el silencio de sus caminos laberínticos.
LA PUESTA DE SOL EN SAMEIRO
Otra parada hay que hacerla en el segundo de los icónicos santuarios de Braga, el de Sameiro, centro de gran devoción mariana en Portugal desde que se fundara a finales del siglo XIX y también en lo alto de un monte. En su interior, los fieles rezan ante la bellísima imagen de la Virgen de Sameiro, esculpida en Roma, y admiran el altar mayor de granito blanco pulido y el rico sagrario de plata y un singular conjunto de paneles de azulejos. No hay mejor sitio que este lugar sagrado que inspira paz y serenidad para contemplar una magnífica vista panorámica sobre la ciudad de Braga con una puesta de sol inolvidable.
PROBAR EL BACALHAU À NARCISA
De las muchas recetas que probar en Braga, la primera en la lista tiene que ser el bacalao a la Narcisa, que también se conoce como a la Eusebia, así se llamaba la emérita cocinera del restaurante que le dio nombre, o sencillamente, bacalao de Braga, que se prepara con una cebollada y con patatas fritas. Como acompañamiento, el famoso vino de la región, blanco o tinto. Y para tomar de postre, o acompañar un café o té, alguno de los dulces típicos, como el pudin Abad de Priscos o las fatias doces.