La cara más natural de Las Palmas de Gran Canaria es la que gira en torno a la playa de Las Canteras, tres kilómetros de arena enmarcados por un paseo marítimo que no puede estar más animado, repleto de restaurantes y terrazas en los que sentarse a contemplar a los surfistas sobre las olas y disfrutar del envidiable clima de la isla. A sus espaldas está el parque de Santa Catalina, más bien una plaza ajardinada que sirve de entrada a los viajeros que llegan por mar a su puerto y también está llena de ambiente a cualquier hora del día.
Los sitios de Las Palmas de Gran Canaria de los que todo el mundo habla
Pero, Las Palmas de Gran Canaria tiene otra cara muy distinta a 9 kilómetros de distancia, es la de su barrio colonial de Vegueta, donde nació la ciudad y cuyas calles guardan más de 500 años de historia. Caminar por ellas es como viajar por cualquier ciudad de América, con sus edificios coloniales, antiguas ermitas y preciosas plazas.
PLAZA DE SANTA ANA, EL CORAZÓN DEL BARRIO
El alma del barrio se encuentra, sin duda, en la plaza de Santa Ana, con la catedral en uno de sus extremos y las casas consistoriales en el opuesto. El poder religioso y el legislativo frente a frente. Esta disposición sirvió como modelo para la organización de numerosas urbes en el otro lado del Atlántico. La catedral es el edificio religioso más importante de Las Palmas de Gran Canaria, comenzó su construcción en el siglo XV y reúne en su fachada multitud de estilos arquitectónicos, recuerdo de los siglos que tardó en erigirse.
En su interior se ven algunas obras de arte de interés, el Museo Diocesano de Arte Sacro instalado en una de las salas que dan al patio de los naranjos y, desde sus torres, una de las mejores vistas de la ciudad. Las Casas Consistoriales se pueden visitar también, pues como depósito del Museo del Prado, guarda obras destacadas.
DE CANARIAS A AMÉRICA
Poco después de la fundación de la ciudad, Cristóbal Colón paró de camino a su primer viaje a América en la entonces llamada Real de Las Palmas para reparar una de sus carabelas, La Pinta. Hoy en día, la Casa de Colón recuerda este primer contacto con la ciudad, que pasaría a convertirse en una de las paradas más habituales en los viajes a América. Aunque el actual museo reciba el nombre de Casa de Colón, el edificio era realmente el hogar del entonces gobernador, que acogió a Colón durante su estancia. Su reconocida portada verde que mira a la popular plaza del Pilar Nuevo, donde cada domingo se celebra un mercado de artesanía, es una de las más fotografiadas de la capital.
Lugares insospechados que no esperarías encontrar en Canarias
A su lado se encuentra la pequeña ermita de San Antonio Abad. Construida en el siglo XVIII, ocupa el lugar de la primera ermita de Las Palmas de Gran Canaria, reconocida por ser el lugar donde Cristóbal Colón se adentró a rezar. El edificio actual, una construcción sencilla de piedra, alberga en su interior un impresionante retablo barroco.
Pero estos no son los únicos enclaves del barrio de Vegueta que rememoran la histórica relación de la ciudad con el continente americano. Al otro lado de la plaza de Santa Ana se encuentra la preciosa plaza del Espíritu Santo. Las palmeras conviven en ella junto a un drago y una araucaria, en representación del hermanamiento entre Canarias y América. Arropado por ellas se erige el templete de piedra dibujado por Ponce de León.
ENCANTO COLONIAL EN CADA ESQUINA
Más allá de enclaves históricos y edificios ya emblemáticos, Vegueta rezuma encanto en cualquier rincón, como la calle de los Balcones, muy cerca de la plaza Santa Ana, escoltada a ambos lados por preciosas fachadas como la del Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM); o el Museo Canario, que guarda la memoria del legado aborigen.
Y encanto también tiene el hotel boutique La Niña de Vegueta (becordial.com), que ocupa una antigua casa del siglo XIX de sabor histórico y decoración moderna, con terraza con piscina en la azotea y vistas a la catedral. Y La Colonial Suites (lacolonialsuites.com), junto a la ermita del Espíritu Santo.
Además de contemplar los edificios y pasear por las calles de Vegueta, el barrio es también el lugar perfecto para descubrir el ambiente siempre lleno de vida de la capital, que se palpa en el mercado más antiguo de la ciudad, en restaurantes como Casa Montesdeoca (restaurantecasamontesdeoca.com), o en bares que extienden sus terrazas sobre los adoquines, como los de la calle Mendizábal.