Los Reyes recibirán esta noche a los más de 40 jefes de Estado y de gobierno que estos días asistirán a la cumbre de la Comunidad Política Europea (CPE) en la capital granadina. Y el lugar elegido para la ocasión no podía ser más especial: el Palacio de Carlos V, en la colina de la Alhambra. Los invitados serán agasajados con una visita a uno de los conjuntos monumentales más deslumbrantes del mundo, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, en los que se harán la foto de familia, y una cena de sabor andalusí en el Parador de Granada a cargo del chef Paco Morales, como ya ocurrió con la celebrada en el Museo del Prado en Madrid durante la cumbre de la OTAN.
Lugares de España que son Patrimonio de la Humanidad (y quizás no lo sabías)
En estos días de otoño, aunque veraniegos, los bosques que rodean la colina roja lucen exultantes, también los jardines y los palacios, sobre todo a primera hora de la mañana, con aroma a perfume y el rumor del agua fresca. Toda visita a la Alhambra comporta un orden. Conviene empezarla en la Alcazaba, donde anida su primera memoria. Situada en la colina roja, frente a la Granada cristiana y a un lado del barrio blanco del Albaicín, la Alcazaba constituye el punto de partida de la cultura nazarí, la última saga de reyes de la civilización hispanomusulmana. La torre de la Vela cierra el triángulo que conforma la vieja fortaleza. Desde sus almenas las vistas son impagables: Granada reposa bajo nuestros pies y a lo lejos se esparcen las planicies de la Vega.
Hay una Alhambra suntuosa donde aquella dinastía que gobernó durante dos siglos y medio el último reino musulmán en la península expresó todo su sentido estético. El Mexuar y el Cuarto Dorado predisponen a penetrar en los palacios nazaríes de Arrayanes y Leones donde el sultán ejercía su poder y se ofrecía a los placeres de la vida. El estanque de Arrayanes refleja la torre de Comares, en cuyo interior se halla el solio (trono). Leones, en cambio, es un palacio recreado para el placer, la suntuosidad y la contemplación. Las 12 esculturas que sostienen la gran taza de mármol miran hacia las cuatro estancias palatinas, donde los adjetivos se agotan al contemplar la riqueza de las columnas, las yeserías, los arabescos y los mocárabes que cuelgan de las cúpulas.
48 horas en Granada, la ciudad que nunca pasa de moda
En un reino efímero y en permanente amenaza, el palacio de verano del sultán y su familia debía de estar al lado de su sede de gobierno. El Generalife fue durante varias generaciones la residencia donde los gobernantes se retiraban para descansar. Todo en este palacio está consagrado al deleite, en especial sus jardines, sus surtidores, el permanente silbido del agua que constituye la verdadera banda sonora de todo el conjunto monumental.
En estos días no conviene abandonar la Alhambra sin visitar sus bosques. La colina está tapizada de altos árboles que rodean las cuatro puertas que a lo largo de la historia constituyeron la entrada a la ciudadela. El paseo que une la ciudad con la puerta de la Justicia es un resumen de la Alhambra botánica, apacible en otoño, un recorrido en deliciosa cuesta que incita insistentemente a volver a un lugar esclarecido por la eternidad.
LA VISITA
La Alhambra abre de lunes a domingo de 8,30 a 18 horas (del 15 de octubre al 31 de marzo). La entrada incluye los Palacios Nazaríes (Mexuar, Comares, Leones y Corredor-Lindaraja), Partal, Alcazaba y jardines y palacio del Generalife. Precio de la entrada general: 19,09 € (alhambra-patronato.es). La visita general al conjunto monumental se hace por libre (duración aproximada de 3 horas). También hay guiadas, con experiencias, nocturnas o incluyendo las exposiciones temporales.