Unos cuantos rooftops que emergen como coloridos oasis entre los decadentes tejados, salas de arte en antiguas dependencias industriales, restaurantes que añaden un toque vanguardista a la cocina criolla. Y música, claro, por todos los rincones. Soplan nuevos vientos en la capital cubana.
Desde el mítico Malecón azotado por el mar, hasta el cogollo colonial presidido por la Catedral. Desde el Vedado con sus desvencijadas casonas hasta la icónica Plaza de la Revolución. Lenta pero inexorablemente, La Habana despierta de su letargo para asistir a un imparable despegue cultural. Y lo hace, claro, sin perder su esencia, ese encanto anacrónico que garantiza un auténtico viaje en el tiempo. Con sus edificios decadentes y sus vehículos de época. Con la calidez de sus gentes. Y con música en todas las esquinas. Estos son (sólo) algunos de los planes que no te puedes perder.
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EXPRIMIR EL ARTE EN TODAS SUS FORMAS
Cine, danza, diseño, artes visuales, fotografía… Todo cabe en la Fábrica de Arte Cubano (https://fabricadeartecubano.com), el gran laboratorio de la creación contemporánea de La Habana. Una antigua industria de aceite de cacahuete, reconvertida en un espacio interdisciplinar que se abre al intercambio entre todas las manifestaciones artísticas. Aquí se puede asistir a un concierto de rock o participar en una clase multitudinaria de salsa o contemplar un desfile de moda o soltar las caderas a golpe de cubatón, que mezcla la música tradicional cubana con el ritmo del reggaetón. Todo ello en un espacio espectacular que alterna las naves industriales con bares, restaurantes y terrazas.
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DESCUBRIR NUEVOS PLACERES GASTRONÓMICOS
Porque no sólo de ropa vieja y arroz con frijoles se alimenta la escena culinaria. Al hilo del tímido impulso a los negocios particulares, están surgiendo interesantes restaurantes que dan una vuelta de tuerca a la cocina criolla. Platos con toques vanguardistas en locales que destacan, además, por una gratificante decoración. No hay que perderse El Cocinero (https://elcocinerohabana.com), emplazado en una maravillosa terraza que forma parte de la Fábrica de Arte Cubano (en la imagen); El Chanchullero (Bernaza y El Cristo, 457), que destaca, además de por su cocina cubana criolla con un toque de modernidad, por su bonita decoración; y El Del Frente (O'Reilly, 303), para una cena en una agradable azotea, regada con ricos cócteles y ambientada con música jazz.
COMPRAR ROPA DE DISEÑO CUBANO
Sí, lo que no hace mucho era misión imposible, hoy es una realidad. Se puede volver de La Habana con un recuerdo de diseño local, con una prenda de moda cubana. Para ello está Dador (https://www.dadorhavana.com), una marca de estilo de vida con piezas de edición limitada, elaboradas a mano con tejidos naturales. Su inspiración: la simplicidad sofisticada y el aire relajado típico de la isla tropical. Blusas, vestidos, monos, tops… que se pueden utilizar desde por la mañana a la noche y cuya confección se puede contemplar en una concept store emplazada en el centro de la ciudad, que es al mismo tiempo tienda y atelier.
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HASTA LA MADRUGADA EN UN SPEAKEASY
Es un lugar que uno situaría fácilmente en Berlín, Buenos Aires o Nueva York. Un local al que se accede por una puerta que simula una librería para descubrir dentro un fantástico universo. Se llama Ley Seca (entre la calle Obispo y Obrapia) y es el único speakeasy de la ciudad. Un local en el que se puede comer (dicen que ofrece los mejores garbanzos de la ciudad), bailar al son de música en vivo y deleitarse con unos tragos deliciosos servidos por unos camareros ataviados con estética Peaky Blinders. Y todo ello, hasta altas horas de la madrugada. En definitiva, un espacio único, símbolo de la nueva Habana que llama a las puertas.
UN BAÑO CON VISTAS AL CAPITOLIO
El que se disfruta desde la piscina del hotel Iberostar Parque Central (https://www.iberostarparquecentral.com/es), emplazada en la azotea, casi rozando la cúpula del emblemático edificio que es un metro más alto, un metro más ancho y un metro más largo que el de Washington. Animada con un bar, es la gran atracción de este cinco estrellas que supone una gran opción de alojamiento, no sólo por su ubicación privilegiada sino también por sus amplias habitaciones de estilo colonial, sus dos restaurantes y su servicio alegre y acogedor, típicamente cubano. No hay que perderse la caída del sol, con el Capitolio teñido de reflejos dorados.